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[Video] Mujeres y familias: "Somos las leonas por las garras que pusimos"
4 de marzo, por Granja Tres Arroyos — Mundo de l@s trabajador@s, Géneros y Sexualidades, Mujeres, Concepción del Uruguay, Granja Tres Arroyos, Mundo de l@s trabajador@s, Géneros y Sexualidades, Mujeres, Concepción del Uruguay, Granja Tres ArroyosLas mujeres jugaron un papel fundamental en la histórica lucha de los trabajadores de Granja Tres Arroyos, organizando a las familias, sosteniendo a los trabajadores y tejiendo lazos, demostrando que la fuerza colectiva es imparable.
Los trabajadores de la planta Granja Tres Arroyos en Concepción del Uruguay enfrentaron el ataque patronal con métodos históricos de lucha de la clase trabajadora: la asamblea, la huelga, las marchas, el acampe, la solidaridad de otros gremios y de la comunidad.
En esta batalla, las mujeres jugaron un papel fundamental, organizando a las familias, sosteniendo a los trabajadores y tejiendo lazos, demostrando que la fuerza colectiva es imparable.
"Nosotras las mujeres, no nos conocíamos, y nos juntamos y dijimos: adelante."
"Ahora me explico yo cuando salía el maestro a gritar a la calle que su sueldo era poco, el trabajador del hospital que hacia lo mismo. Ahora me doy cuenta, porque la bronca acá es de todos los trabajadores, porque están cansados, y no puede entregar su trabajo así porque sí.”
La Izquierda Diario desde Concepción del Uruguay conversó con ellas. Escuchá acá algunas de sus reflexiones y conclusiones.
Producción y entrevistas. Javier Catástrofa. Lucho Hache. Silvana Vermelho.
Edición. Micaela Etchevest -
Consultorios Inclusivos en Neuquén: “El silencio no es una opción cuando los derechos están en riesgo”
4 de marzo, por Crónicas de hospital — Géneros y Sexualidades, Salud, Neuquén, Derechos salud mental, Ley de Identidad de Género, Personas trans, Principal bbc A3 2, Trans, Géneros y Sexualidades, Salud, Neuquén, Derechos salud mental, Ley de Identidad de Género, Personas trans, Principal bbc A3 2, TransEl gobierno nacional modificó la Ley de Identidad de Género por decreto. Trabajadores y trabajadoras, que están al frente de la atención a personas trans en hospitales y centros de salud de Neuquén, rechazaron la medida. Llaman a organizarse y resistir. Convocan a movilizarse este 8M.
Con la firma del presidente Javier Milei, el 6 de febrero se publicó el Decreto de Necesidad y Urgencia 62/2025 que modifica la Ley de Identidad de Género (Ley 26743). Trabajadoras y trabajadores de los Consultorios Inclusivos Integrales no dudaron en manifestarse y repudiar la medida. Llaman a organizarse para seguir resistiendo y convocan a movilizarse este 8M.
La medida del gobierno nacional modifica la Ley invocando la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley 26.061, de Protección integral de niños, niñas y adolescentes, pero pasa por alto que desde su sanción, la ley de Identidad de Género se enmarca en estas normativas. Sustituye el artículo 11, que es el que expresa el derecho al libre desarrollo personal, y lo reemplaza por un texto donde se prohíbe los tratamientos hormonales en niñxs y adolescentes. “Las personas menores de dieciocho (18) años de edad no podrán acceder a las intervenciones y tratamientos a los que hace referencia el presente artículo”, dice el nuevo texto.
La respuesta de las y los trabajadores que todos los días se encargan de garantizar derechos en el Oeste de la ciudad de Neuquén, no se hizo esperar. Mediante una declaración, hicieron pública su posición: “El silencio no es una opción cuando los derechos están en riesgo”, afirmaron.
El proyecto de consultorios inclusivos integrales "La Ronda" opera en el Oeste y Centro de la ciudad. Trabajan en forma articulada con el hospital Heller y el centro de salud Almafuerte. Existen otras iniciativas de consultorios inclusivos en hospitales y centros de salud en Neuquén, pero su funcionamiento depende del acceso a recursos y de la formación de profesionales capacitados en diversidad.
En la provincia hay algunos espacios similares: el Consultorio de Salud Integral Diversa y el Centro de Salud 15 de Febrero en Junín de los Andes, el Consultorio Integral Diverso en Villa La Angostura, el Equipo de Diversidad en San Martín de los Andes, el Consultorio de Salud Transgénero del Hospital Provincial Neuquén y, recientemente, un nuevo consultorio en Chos Malal. Sin embargo, muchos de estos dispositivos tienen menor accesibilidad y no cuentan con equipos interdisciplinarios fortalecidos. Es necesario destinar las partidas presupuestarias para la creación equipos especializados en cada hospital y centro de salud.
Los Consultorios Inclusivos Integrales cuentan con un equipo interdisciplinario de profesionales, de la salud y del ámbito social, comprometidos con una atención basada en la diversidad y el respeto por los derechos humanos. Actualmente, el equipo está conformado por dos médicas generalistas, tres psicólogxs (dos en salud pública y uno del ámbito privado que trabaja ad honorem), una trabajadora social (del Ministerio de Gobierno, sin convenio y también ad honorem) y una residente de la Residencia Interdisciplinaria de Salud Mental (RISAM) en medicina general.
Además, el dispositivo cuenta con dos espacios de atención médica y psicosocial, junto con un espacio grupal de encuentro entre pares. Este abordaje permite, no sólo garantizar el acceso a la salud integral, sino también fortalecer la construcción de lazos sociales y la construcción de redes de apoyo comunitario.
Es necesario contar con más recursos y dispositivos de atención inclusivos
Antonella Peska, psicóloga del Hospital Heller, afirmó que “en el consultorio y la Ronda reciben a personas de 14 a 40 años, aunque la mayoría de quienes asisten son adolescentes y jóvenes trans, travestis y no binaries”. Resalta que en los últimos años se incrementó la demanda: “Esto refleja la necesidad urgente de contar con más recursos y dispositivos de atención inclusivos”.
Los consultorios inclusivos y la Ronda de Encuentros abordan diversas necesidades de la comunidad trans, travesti y no binaria, describen las trabajadoras. Brindan una atención médica integral, que contempla controles de salud, seguimiento de enfermedades crónicas, hormonización, salud sexual y reproductiva, testeos de VIH y vacunación.También hacen un acompañamiento en salud mental, con espacios de escucha, orientación y derivaciones protegidas. Contención y socialización entre pares, a través de la Ronda de Encuentros, la Gestión de derechos y acompañamiento psicosocial. Facilitan trámites de identidad, acceso a programas de salud y asistencia social, la realización de capacitaciones y articulación con la comunidad educativa y sanitaria, mediante talleres de sensibilización en universidades, escuelas e instituciones de salud y el abordaje de la prevención del aislamiento y la violencia institucional, con un seguimiento de situaciones de vulneración de derechos. Además, en la Ronda de Encuentros se desarrollan actividades recreativas, artísticas y lúdicas, promoviendo el intercambio de experiencias y la generación de redes comunitarias.
Las y los trabajadores de los Consultorios Inclusivos Integrales afirman que los recursos actuales son insuficientes para garantizar una atención de calidad. Para sostener los dispositivos se necesita personal capacitado en perspectiva de género y diversidad, la hormonización garantizada en tiempo y forma; espacios de atención adecuados y seguros; acceso a medicación e insumos básicos de salud, recursos para materiales de difusión y educación comunitaria y el acompañamiento psicosocial sostenido.
“Además, es fundamental que se regularice la situación del recurso humano, garantizando el pago de honorarios a profesionales que trabajan ad honorem y estableciendo convenios para quienes dependen de otros ministerios, con figuras como comisión de servicio o adscripción” detallan.
Cuando se publicó el DNU 62/2025, no dudaron en hacer público su descontento porque “el Decreto vulnera derechos fundamentales y atenta contra la salud de adolescentes trans. Es clave visibilizar su inconstitucionalidad y los efectos que tendrá en la vida de muchxs jóvenes. El silencio no es una opción cuando los derechos están en riesgo” expresaron en un pronunciamiento que se difundió a través de las redes sociales.
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Las trabajadoras consideran que el impacto de la medida del Gobierno Nacional es directo y grave: aumento de la angustia, la ansiedad y la desesperanza; mayor riesgo de depresión y suicidio en adolescentes trans; expulsión del sistema de salud, dejándoles sin controles médicos; refuerzo de la discriminación y exclusión social y mayor precarización de la vida trans y travesti. “El mensaje del Estado es claro: quieren negar su existencia. Pero aquí estamos, resistiendo y acompañando” afirman.
Construimos espacios de resistencia ante el avance de medidas que afectan el acceso a la salud
Las y los trabajadores destacan la labor del equipo: “Construimos espacios de resistencia ante el avance de medidas que afectan el acceso a la salud. Apostamos a fortalecer la articulación entre trabajadorxs de salud, activismos y organizaciones de derechos humanos, sostener espacios comunitarios y movilizarnos en las calles y en los ámbitos institucionales. La resistencia es colectiva. La única forma de enfrentar estos ataques es organizándonos y construyendo redes de apoyo”.
Sin lugar a discusiones, convocan a movilizar este 8M: “Sí, vamos a estar en las calles”. “El 8M es una jornada de lucha contra el ajuste en salud y el recorte de derechos. Las mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries somos el principal blanco de estas medidas de exclusión; nos movilizamos porque la salud no es un privilegio, es un derecho, porque la identidad de género no se debate, se respeta; porque nuestras vidas importan y no vamos a retroceder; que este día nos encuentra organizades, resistiendo y luchando juntes”, sostienen.
¿Dónde funcionan los dispositivos de atención?
Los dispositivos de atención funcionan en distintos puntos de Neuquén Capital, con horarios específicos para cada consultorio:
? CAPS Almafuerte (Consultorio integral de medicina general, psicología y trabajo social).
?️ Viernes de 13:00 a 16:00 hs.? Hospital Heller (Consultorio de acompañamiento afirmativo en salud mental, a demanda).
?️ Martes de 11:00 a 13:00 hs.? Ronda de Encuentros entre personas trans, travestis y no binaries (TTTNB+), en Castelli 389.
?️ Martes de 14:00 a 16:00 hs. -
Hacia el 8 de Marzo: por una jornada de lucha contra el ajuste, la discriminación y la represión de Milei
3 de marzo, por #8M — Géneros y Sexualidades, 8 de Marzo, Argentina, #8M, #MovimientodeMujeres, Géneros y Sexualidades, 8 de Marzo, Argentina, #8M, #MovimientodeMujeresDesde hace varias semanas, las calles de Argentina comenzaron a vibrar ante la inminencia de una nueva jornada de lucha este 8 de marzo. Sobran razones para realizar una jornada masiva en oposición a Milei, el FMI y sus cómplices.
En un contexto de crisis política y económica, agravado por las políticas de ajuste y el escándalo de la estafa de la criptomoneda de presidente Javier Milei, trabajadoras, activistas y sectores populares se organizan para convertir esta fecha en un grito de resistencia y unidad.
Hace exactamente un mes, el 1 de febrero, se realizaron manifestaciones en varias ciudades de Argentina. Los llamados a marchar aumentaron tras la asamblea en el Parque Lezama de Buenos Aires, en repudio a los discursos de odio oficiales contra las mujeres y las personas LGBTIQ+, y la amenaza a derechos conquistados, como el intento de eliminar la figura del femicidio del Código Penal, lo que representaría un retroceso de décadas en los debates. Los ataques del gobierno nacional, incluyendo el discurso de Davos y las amenazas de Cúneo Libarona (el ministro de Justicia) y Adorni (vocero oficial del gobierno), se suman a las medidas tomadas por Jorge Macri en la CABA para eliminar los materiales de la Educación Sexual Integral (ESI).
El 1 de febrero marcó un punto de partida con asambleas y protestas. Bajo el lema de repudio a los discursos de odio y en defensa de los derechos conquistados, fueron movilizaciones multitudinarias que señalaron la precarización laboral, los despidos y la persecución a la comunidad LGTBIQ+, a las comunidades originarias, como ejes centrales de lucha. Pero sobre fuer un catalizador del descontento y la bronca con un gobierno que es pura estafa desde que asumió, que solo beneficia a las grandes empresas, trabaja para el FMI. Las mujeres saben muy bien que el gobierno de Milei castiga a los sectores más vulnerables como los jubilados, ahoga económicamente a los trabajadores de la salud, docentes y estatales, permite que las patronales avancen con mayor flexibilización laboral y pacta a troche y moche con la casta.
Entre las voces que se sumaron al clamor estuvo la de Luciana, enfermera despedida del Hospital Bonaparte, quien denuncia el vaciamiento del sistema de salud. "Nos quieren sacar derechos básicos, pero vamos a resistir". Analía, trabajadora despedida de Shell, subrayó la discriminación y las condiciones laborales cada vez más precarias. "No hay otro camino que organizarnos y dar pelea desde abajo", aseguró Tom Máscolo, activista trans y referente de Pan y Rosas, reforzando la importancia de la unidad combativa.
Un movimiento internacional: Pan y Rosas convoca en todos los países
El 8M no es solo un día de lucha en Argentina, es una fecha global. En diversos países, movimientos de mujeres y diversidades enfrentarán problemáticas similares, desde la precarización laboral hasta los ataques a derechos básicos. Esta convergencia internacional fortalece la lucha local, mostrando que el patriarcado y el capital no reconocen fronteras, pero tampoco lo hace la resistencia. Desde Afganistán a España, pasando por Francia, Estados Unidos, Honduras y Sudáfrica, en los países de Latinoamérica miles de mujeres se vienen movilizando para reivindicar sus derechos en el Día Internacional de la Mujer.
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Es que las mujeres son las que vienen llevando la voz cantante contra los padecimientos del conjunto de la sociedad, con el hambre y la precarización, contra la discriminación en todas sus expresiones. La izquierda, representada por organizaciones como la agrupación internacional Pan y Rosas y el PTS en Argentina, plantea un feminismo socialista que vincula las demandas de género con las de la clase trabajadora. En oposición a las políticas de derecha y al colaboracionismo de sectores tradicionales, se llama a construir una alternativa desde abajo, con un enfoque anticapitalista y antiimperialista.
Este 8 de marzo representa una oportunidad clave para mostrar el rechazo al ajuste y la represión. Es un llamado a la unidad en las calles, para exigir derechos laborales, sociales y de género. "No somos minorías", enfatizan desde Pan y Rosas. "Somos la clase trabajadora, la parte más explotada y oprimida, pero también la más combativa". Hay muchas razones para marchar este 8 de marzo.
La jornada promete ser masiva y combativa, uniendo múltiples demandas en una lucha común contra un sistema que oprime y explota. Este 8M, las calles serán el escenario donde mujeres, diversidades y trabajadores demostrarán que la resistencia no solo es posible, sino necesaria para construir un futuro de justicia e igualdad.
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Sexo con robots. ¿Cada vez más cerca?
2 de marzo, por El Círculo Rojo — Géneros y Sexualidades, Cultura, Feminismo, Estereotipos, Edición Uruguay, Robots, Sexualidad, El Círculo Rojo, Géneros y Sexualidades, Cultura, Feminismo, Estereotipos, Edición Uruguay, Robots, Sexualidad, El Círculo RojoPredicciones, películas y estudios sobre las relaciones sexoafectivas con robots. ¿Cómo impactan los prejuicios y los estereotipos? Ficción y realidad de un problema demasiado humano.
· A lo mejor se cruzaron con este titular en redes sociales: “Para 2025, las mujeres van a tener más sexo con robots que con hombres”. La predicción es del futurólogo Ian Pearson.
· No vamos a hablar de eso, sino de una película de 2025 que se llama Companion (en Argentina se estrenó como Compañera perfecta).· El tráiler empieza con Iris y Josh conociéndose, un encuentro soñado de comedia romántica, y escuchamos una voz femenina que dice: “los dos momentos más felices de mi vida fueron el día que conocí a Josh y el día que lo maté”.
· La historia podría resumirse como un fin de semana con amigos que termina mal. Nos enteramos rápidamente de que Iris es un modelo de inteligencia artificial, una novia robot para simplificar.
· La premisa de casarte con un robot no es nueva. Una novela de 1972 (The Stepford Wives) ya la pensó y tiene una película Las mujeres perfectas de 2004. Pero Companion va más allá de la crítica feminista al estereotipo de la esposa y madre tradicional.
· La película propone reflexiones sobre dos temas, al menos:
· Nuestra relación con la tecnología, los algoritmos y el consumo en un mundo en el que las personas vivimos hiperconectadas pero también aisladas y alienadas.
· Qué dicen las preferencias de Josh sobre sus relaciones con las mujeres, cuando están en auge movimientos conservadores que interpelan especialmente a varones jóvenes.
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· Josh es un tipo promedio, nada parece estar fuera de lugar. Encarga una novia robot seteada para complacerlo sexual y emocionalmente y también puede controlarla y configurarla con una app del teléfono: elige cosas obvias como el color de sus ojos, su voz, pero también su inteligencia (el técnico que lleva el robot a su casa le dice “si le ponés 0% es una autómata, si le ponés 100% es una genia”. Él elige 40%).
Sexo y amor con robots
· La película abre otras preguntas: ¿Iris puede ser real? ¿Cómo serían las relaciones sexoafectivas entre personas y robots? Un estudio de 2024 (Technically in love) que indaga en cómo influyen los prejuicios y estereotipos en la relación con la tecnología en general y los robots en particular.
· Al revés de lo que decía el titular viral sobre las mujeres y los robots, los hombres lo prefieren. Cuando la empresa Realbotix sacó su primera sexbot al mercado, una encuesta mostró que dos tercios de los hombres tendrían sexo con un robot y dos tercios de las mujeres nunca lo harían.
· ¿Qué hombres prefieren el sexo con robots? Cuanto más machistas son sus opiniones, más les gustan los robots. También aquellos que no ven problemas en que haya jerarquías sociales o grupos sociales que sean considerados inferiores.
· Y algo muy particular, muy característico de estos tiempos. Hay una categoría en el estudio que se llama “sexismo hostil”, que es algo así como que “los hombres deben ejercer el poder porque si no, las mujeres los controlan” (¿sexismo en defensa propia?). Los hombres que piensan así son los que más eligen sexo con robots.
· ¿Y las mujeres? Se inclinan por robots de compañía sin importar el género y prefieren relaciones platónicas.
· Por eso la mayoría de los robots en el mercado actual son mujeres blancas, jóvenes y delgadas. Están diseñadas por hombres para los hombres. Realbotix ya comercializa en Estados Unidos a Aria (“una robot para solteros”, los géneros no son accidentales) por 10 mil dólares.
Machismo, desigualdad y problemas demasiado humanos
· Una de las conclusiones del estudio Technically in love dice que hay evidencias de que las creencias preconcebidas sobre las jerarquías sociales y las desigualdades de género impactarían en las relaciones románticas y platónicas entre seres humanos y robots.
· Este tipo de indagaciones son interesantes para pensar cómo se integra la tecnología a la nuestra vida, pero también porque nos cuenta cómo interactúan los seres humanos entre sí.
· No es una gran sorpresa, pasa algo similar con los sesgos de los algoritmos (que pesan bastante en muchas interacciones sociales). Vale la pena reflexionar sobre estos temas porque a veces se deposita en la tecnología la esperanza de hacer un borrón y cuenta nueva pero todo lo que hacen las personas suele arrastrar sus ideas y sus problemas demasiado humanos.
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Criminalización y castigo o el uso de la víctima
2 de marzo, por Ideas de Izquierda — Géneros y Sexualidades, Edición Estado Español, Feminismo, Edición Uruguay, Violencia de género, Bloque idz inferior2 5, Contrapunto 164 - 02/03/2025, Géneros y Sexualidades, Edición Estado Español, Feminismo, Edición Uruguay, Violencia de género, Bloque idz inferior2 5, Contrapunto 164 - 02/03/2025Comentario sobre El malentendido de la víctima (Tinta Limón, 2024) de la jurista italiana feminista Tamar Pitch. ¿Qué pasa cuando el estatus de víctima es la única forma de hacer oír tu voz?
Tamar Pitch es una jurista italiana que reflexiona hace varias décadas sobre el punitivismo, su influencia sobre los feminismos y otros movimientos contra la opresión. En El malentendido de la víctima (Tinta Limón, 2024) aborda lo que llama el estatus de la víctima y su rol en la justicia penal, que se invoca (en palabras de Pitch) “como la solución a todos los problemas sociales y políticos”. Asistimos, dice la autora, “a una despolitización acompañada de una criminalización de problemas, fenómenos y conflictos cada vez más extensa”.
La sobredimensión de la justicia penal como solución “universal” se da en un contexto de “garantismo hacia los poderosos”, un concepto del jurista italiano Luigi Ferrajoli que recupera Pitch en su libro. Ese garantismo consiste en que lo que los poderosos “‘arruinan' es difícilmente individualizable, por ende, culpabilizable. No es una persona, no es Elon Musk en persona el que contamina el resto del mundo. Es complicado, son crímenes que Ferrajoli llama ‘crímenes de sistema'”. Esa idea puede emparentarse con lo que Friedrich Engels llamó “crímenes sociales” en su estudio sobre clase obrera en Inglaterra a mediados del siglo XIX, cuando compara un crimen como el homicidio, fácilmente reconocible, con quitarle a
millares de seres humanos los medios de existencia indispensables, imponiéndoles otras condiciones de vida, de modo que les resulta imposible subsistir (...) es un crimen, muy parecido al cometido por un individuo, salvo que en este caso es más disimulado, más pérfido, un crimen contra el cual nadie puede defenderse, que no parece un crimen porque no se ve al asesino.
Las críticas de Pitch a la deriva punitivista no le impiden señalar los problemas de la justicia penal, por un lado, y la legitimidad de los reclamos que se le hacen, por otro.
La justicia es clasista y racista. También es sexista, pero no porque penalice más a las mujeres que a los hombres: al contrario, las mujeres son un pequeño porcentaje de la población denunciada, condenada y detenida. Es sexista porque resulta complejo reconocer y enjuiciar como delitos las ofensas y violencias perpetradas contra las mujeres, y, a menudo, la justicia se presenta como de difícil acceso para sus reclamos y reivindicaciones.
Su lectura crítica tampoco invalida las luchas feministas por hacer reconocibles como crímenes los abusos que sufren las mujeres, considerados privados hasta hace algunas décadas. Sí alerta sobre las consecuencias de los discursos que confluyen por múltiples vías en la “retórica punitiva dominante”. No es la única. Desde un punto de vista diferente, Sarah Schulman –activista y autora de El conflicto no es abuso. Contra la sobredimensión del daño– pondera en sus reflexiones sobre el punitivismo el giro “estatal” de sectores del feminismo, que le dieron a la Policía (fuente indiscutida de violencia) autoridad de intermediaria en conflictos relacionados con la violencia machista cuando –explica Schulman– pasó de la búsqueda de la transformación de la condiciones sociales a la cooperación con el Estado.
Los problemas abordados en El malentendido de la víctima no son exclusivos del movimiento feminista, sin embargo, Pitch acierta en señalar lo paradigmático de las formas que adquieren algunos discursos o tendencias en ese movimiento alrededor de la lucha contra la violencia patriarcal en todas sus formas. Y suma al debate un aspecto esencial a veces soslayado o atenuado: el contexto histórico, social y político en el que surgen y se consolidan esos discursos y las complejidades que los atraviesan. Uno de los primeros problemas que advierte es la simplificación, el llamado constante a centrarse en una sola cuestión (en este caso el género) cuando cuestiones tan profundas como la opresión patriarcal implican imbricaciones diversas en las sociedades capitalistas. La feminista negra Angela Davis lo explicó mejor:
¿Por qué no puede ser más sencillo? Si nos centrásemos únicamente en el género las cosas serían muchísimo más fáciles. Pero claro está, es ese ansia de simplicidad la que ha vuelto al feminismo responsable de sus falsas verdades universales (“Diálogos complicados”, Una historia de la conciencia. Ensayos escogidos).
Un planteo interesante, en consonancia con otras elaboraciones como La opción por la guerra civil (Tinta Limón), es el de incluir la “predilección por la respuesta centrada en el castigo” en el propio conservadurismo del régimen neoliberal (y no como una contradicción con sus promesas democráticas, cada vez más magras). Pitch señala que
la congruencia entre la racionalidad neoliberal y cierto feminismo puede verse no solo en la prevalencia de las políticas identitarias sobre las políticas contra las desigualdades, sino, precisamente, en el apoyo de facto, sin importar cuán intencional sea, al lado punitivo y securitario del neoliberalismo, así como a sus lados moralizante y conservador.
En ese sentido, las narrativas punitivistas se desarrollan como parte del crecimiento del discurso de la seguridad y el orden público y en sentido opuesto al espíritu de los movimientos que luchan por la emancipación y la conquista por derechos. Pitch habla de un entramado punitivo que se sostiene paradójicamente en reclamos que surgen de las luchas contra la discriminación o la opresión pero terminan asumiendo lo que llama “la condición de ‘víctimas'” y compartiendo la “‘retórica punitiva dominante' que necesita, ineludiblemente, victimarios”.
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Individualización y conflicto
Uno de los capítulos del libro está dedicado a explicar el avance de la individualización de los conflictos sociales. Uno de los elementos que destaca la autora es el dominio de nuevos términos en el discurso público. Palabras como “víctima” tienden a reemplazar a oprimido u oprimida y, dice Pitch, “en el plano cultural, este giro produce la reintroducción de los actores en un escenario hasta entonces caracterizado sobre todo por la atribución de problemas, injusticias y cuestiones como esas a la ‘estructura' de la sociedad, al ‘sistema'”.
También existe una reducción y un “aplanamiento” de problemas y conflictos sociales en el uso de la palabra “violencia” como reemplazo de otras como discriminación, desigualdad o dominación, algo que provoca que pierda el sentido y “reduce el fenómeno, el problema, la situación a la que se aplica a una única dimensión, que es la dimensión penal”. De ese desplazamiento se desprenden otras cuestiones, como la invocación de la justicia penal para resolver todo tipo de conflictos o la acción gubernamental en nombre de las “víctimas”, puestas en el centro de la justificación de políticas securitarias y criminalizadoras. Pitch señala que este cambio implica una “privatización y moralización del discurso público” y una renuncia a “proyectos de reforma social y/o de rehabilitación personal, por considerarlos inútiles y costosos -de hecho, contraproducentes, porque quitan responsabilidad y son ‘laxos'- y la adopción de una perspectiva que combina el utilitarismo ‘neoliberal' con el discurso moralizante neo-conservador”. Este cambio funciona en el contexto de la sociedad “plana”, en la que los conflictos son simplificados o reducidos al bien contra el mal, víctimas y culpables/victimarios.
Vale aclarar que Pitch toma como punto de partida el Estado de bienestar en los países avanzados para reflexionar sobre los avances de las narrativas punitivistas asentadas en el neoliberalismo. Las comparaciones y cambios en las políticas relacionadas con el crimen, el despojo de las características sociales del término seguridad (que incluía varias complejidades intrínsecas a las sociedades capitalistas) y sus conclusiones no invalidan el hecho de que ya existían críticas al Estado de bienestar, a los prejuicios y estereotipos que reproducía en su seno. Gran parte de las críticas de las feministas negras o de las feministas socialistas surgen justamente de los “universales” construidos durante esas décadas de bienestar y sobre los cuales se consolidaron las corrientes hegemónicas que resultarán indispensables en el giro neoliberal (neutralizadas o cooptadas directamente como las “femócratas” o las feministas neoliberales). La autora considera estas corrientes cuando se refiere a la relación entre el neoliberalismo y una parte del feminismo que adopta el discurso punitivo (aunque esa relación viene sufriendo diferentes metamorfosis hace algunas décadas, como surge de la conversación con Lucía Sbriller, María Eugenia Zampicchiatti e Ileana Arduino en las primeras páginas del libro acerca del término “neoliberalismo progresista” de la filósofa Nancy Fraser).
La voz propia
Uno de los elementos más interesantes de la crítica al paradigma victimista va más allá de los debates en el movimiento feminista. Aparece en el planteo de que asumir el estatus de víctima representa una vía para obtener una voz legítima en sociedades que criminalizan los conflictos e intentan borrar las marcas estructurales que las atraviesan (reduciendo todo a conflictos de individuos con otros individuos). Asumirse como víctima permite, dice Pitch, asociarse con otras personas o grupos que
a partir de este estatus, piden reconocimiento político y social. El estatus de víctima remite a la lógica y al lenguaje del derecho penal: una se define a sí misma como víctima o es definida como víctima sobre la base de algún mal o daño sufrido (y, luego, potencialmente por sufrir) por actores individualizados o individualizables a quienes se les imputa la responsabilidad exclusiva por daños y perjuicios.
Y como parte de este planteo subraya la diferencia con oprimido u oprimida “que remite, en realidad, a una situación compleja que involucra toda la biografía del individuo y lo asocia con otros individuos en la misma situación, por así decirlo, estructural”. La organización colectiva de personas asociadas por condiciones estructurales (explotación, racismo, discriminación) tiende a ser reemplazada por la asociación en base a una identidad definida en base a un daño perpetrado (o potencial) por individuos. Pitch sostiene que “la asunción del estatus de víctima es un modo óptimo, que hace fácil el reconocerse como sujeto político” (otra vez) en un contexto que desprecia o degrada identidades o construcciones colectivas. La idea de reconocerse como un sujeto en base a males o daños sufridos por “actores individualizados o individualizables” permite desarrollar esa conciencia en sintonía con un mundo “dispuesto horizontalmente, ya no en cuestiones complejas como la explotación o la opresión, sino en la violencia ejercida de una sola parte, los malos, contra los otros, los inocentes”.
La autora elige dos temas candentes en el movimiento feminista para ejemplificar las consecuencias de las narrativas punitivas: la maternidad subrogada (mercantilización de la gestación y el parto) el debate prostitución y trabajo sexual. Aunque el análisis se centra en las políticas criminalizadoras impulsadas por el gobierno de derecha de Giorgia Meloni plantea varias preguntas sugerentes sobre las formas de abordar nuevas y diversas formas de explotación y mercantilización y mercería un artículo aparte.
Volviendo a la idea de Angela Davis, el trabajo de Tamar Pitch invita a escaparnos de la simplificación. Cuando los poderosos proponen conflictos planos y sencillos (el bien contra el mal, víctimas y culpables), abordar las complejidades de las relaciones sociales y profundizar los debates potencia las luchas emancipatorias.