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Construyendo redes con Pan y Rosas: “Nos vemos el 24 de marzo”
22 de marzo, por Del zoom a la calle — Géneros y Sexualidades, Pan y Rosas, 24 de Marzo, #8M, Feminismos, Géneros y Sexualidades, Pan y Rosas, 24 de Marzo, #8M, FeminismosAlgunas nos movilizamos con Pan y Rosas el 8M, otras participaron solas o con amigas. Ese día nos encontramos y sentimos mucha fuerza. Hay que enfrentar a Milei y una próxima parada es el 24 de marzo. Diálogos para la organización que sea el cimiento de la resistencia.
“La única forma es en unidad y confluyendo en la calle. Es muy importante construir una resistencia. El 24 no nos olvidamos lo que vivimos. Se trata de revivir una llama que es lo que nos ayuda a sostenernos”, dijo Raquel, que se organiza en la asamblea de su barrio en la Ciudad de Buenos Aires. “La militancia siempre me gustó, tengo familia de otro espacio político”, contó Eva.
Porque quieren conocernos, decenas de compañeras se contactaron a través de las redes sociales de nuestra agrupación. Otras, porque el 8M se movilizaron por primera vez, como relató Valentina, de la zona norte de la provincia de Buenos Aires. Algunas, porque nos conocen hace tiempo pero expresaron que llegó la hora de involucrarse más activamente. La unidad en la lucha las moviliza, pero a la vez ven que hay que dar un pasito más, empezar a debatir organizarse y elegir con quiénes. Por eso, entre las actividades diarias, decidimos poner un día y una hora, y conectarnos a través de Zoom. Una primera charla entre nosotras, y la necesitábamos. “Gracias por el espacio”, “Estaba buscando un lugar”, “Gracias por escribir”, fueron algunas de las expresiones que sintetizan la necesidad de un espacio donde compartir miradas y especialmente, charlar cómo seguir, para dónde tiene que ir nuestra lucha.
Nos contamos las experiencias de vida, de peleas en distintos terrenos, la situación que vivimos cada una y también lo que vemos que ocurre en el país. El gobierno de La Libertad Avanza genera incertidumbre e incluso temor, pero eso se convierte en un impulso para repensar que es necesario activar. Algunas nos conocieron en la calle, otras escuchando a nuestra compañera Myriam Bregman, incluso “militándola siempre que puedo”.
Trabajadoras docentes, abogadas, secundarias, jóvenes de call center, algunas con hijes, otras sin, todas viviendo las consecuencias del ajuste de Milei, el FMI y los gobernadores radicales, del PRO y el peronismo. “Necesitamos articular una lucha nacional”, aseguró Sofía, desde la provincia de Corrientes.
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Este 24 de marzo volvemos a las calles
“Nos vemos el 24”, “Hasta el domingo”, “El 24 en la calle eh”, así nos despedimos antes de finalizar la conversación. Durante el intercambio invitamos a las compañeras a participar con nosotras y el PTS en el Frente de Izquierda que movilizaremos, para las que somos de la Ciudad y la provincia, 14 h en Av. De Mayo y 9 de Julio con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Pero habrá convocatorias en todo el país. Saldremos a la calle para reafirmar que son 30.000 y fue genocidio, que al negacionismo del gobierno se lo enfrenta movilizadas masivamente, contra la impunidad de ayer y también la de hoy. Rechazaremos el brutal ataque a una militante de la agrupación H.I.J.O.S, un tema que también recorrió el debate, todas tenemos mucha bronca y decirlo, ponerlo en palabras, ayuda a liberarla. El movimiento de mujeres y la diversidad sexual tiene que estar el domingo, junto a todas y todos los que odia el gobierno: la clase trabajadora, los activistas de DDHH y cualquier colectivo que defienda una causa social que cuestione aunque sea un poquito, la realidad tal cual es.
Los empresarios que se enriquecieron en la dictadura, ganaron siempre bajo todos los gobiernos y hoy pretenden un nuevo saqueo a las mayorías trabajadoras. Los nombres de estos empresarios están en cada artículo del DNU o en la Ley Ómnibus que logramos derribar. Para enfrentar tremendo poder, la oposición tiene que ser contundente, ni con medidas de lucha aisladas ni construyendo consensos ni diálogos como plantearon la CGT respecto a una posible reforma laboral, o la propia carta de CFK habilitando la discusión sobre la privatización de algunos sectores públicos. Unidad, coordinación y calle, pero para bancar a las y los tercerizados de GPS-Aerolíneas Argentinas, de Telam, del INCAA que sufrieron despidos. “Necesitamos paro general y plan de lucha, no puede quedar solo en el domingo, hay que construir un camino”, dijimos en la reunión.
A quienes nos quieren divididas y divididos, les decimos que nos oponemos dando pasos en que avance una fuerza colectiva. Las mujeres siempre estuvimos al frente en las peleas históricas del país, y en los momentos de crisis, aún más: con las abuelas, las madres, las hijas, luego con el poderoso movimiento de por NiUnaMenos y la marea verde, unidad de acción en la lucha. Es fundamental. Pero para dar esa pelea, algunas asumimos el desafío de ser conscientes de que es ahora nuestra tarea continuar ese legado. Hasta terminar con el plan de Milei, no paramos. Sumate con nosotras este 24 de marzo, pero también a conocernos y construir un feminismo socialista con Pan y Rosas.
Foto \ Enfoque Rojo
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Julieta Lanteri, pasión por la igualdad
22 de marzo, por Historia — Internacional, Géneros y Sexualidades, Edición Estado Español, Feminismo, Columnistas Vertical , Edición México, Voto femenino, Edición Venezuela, Julieta Lanteri, Sufragistas, Historia, Internacional, Géneros y Sexualidades, Edición Estado Español, Feminismo, Columnistas Vertical , Edición México, Voto femenino, Edición Venezuela, Julieta Lanteri, Sufragistas, HistoriaNació un día como hoy en 1873. Sufragista convencida de que el voto era solamente un punto de partida. Peleó contra la desigualdad en la universidad y las mesas de votación, en las plazas y en los lugares de trabajo.
El 22 de marzo de 1873, nació en Briga Marittima (Italia) Giulia Maddalena Angela Lanteri. La conoceríamos muchos años después como Julieta Lanteri, médica y sufragista, la primera mujer que votó en Argentina y en América latina. Pero esa es solo una parte de su historia.
Julieta Lanteri perteneció a la generación de mujeres que crecieron cuando el Código Civil las consideraba “incapaces” o “menores”. No tenían ningún derecho civil; pasaban de la tutela del padre a la del marido.
Llegó con su familia desde Italia cuando era solo una niña. Su padre había heredado una casa, y eso les permitió a sus hijas seguir los estudios más allá de la primaria (el punto máximo para la mayoría de las mujeres). Después de sortear varios obstáculos, Julieta logró ingresar y graduarse de la facultad de Medicina. Fue la sexta médica en el país. La primera había sido Cecilia Grierson.
Participó de varias organizaciones, como la Asociación Universitarias Argentinas (fundada por Grierson) y la Liga pro Derechos de las Mujeres. También participó del primer Congreso Internacional de Libre Pensamiento, donde conoció a María Abella de Ramírez, una de las primeras impulsoras de leyes para garantizar iguales derechos para niñas y niños que nacieran fuera del matrimonio.
¿Qué quieren las feministas?
Cuando se preparaban las celebraciones del Centenario de la Revolución de Mayo en 1910, varias feministas, entre ellas Julieta Lanteri, propusieron realizar un Congreso Femenino Internacional. Los reclamos más importantes que discutieron y votaron a mano alzada fueron: igualdad de derechos; educación laica y mixta; igualdad salarial; derechos laborales para las trabajadoras (especialmente la licencia por maternidad); derecho al divorcio y al voto.
Existe una imagen tramposa de que el sufragio era un reclamo único, que interesaba solamente a las mujeres de la alta sociedad y no tenía nada que ver con las demandas de la mayoría de las mujeres, que eran trabajadoras como hoy. Y este prejuicio fue y sigue siendo funcional para mantener dividida la lucha por derechos políticos y económicos.
En la vida real, muchas sufragistas apoyaban las luchas de las trabajadoras, la organización sindical y querían muchas más cosas que el derecho a votar. Julieta Lanteri fue una de ellas y fue designada por las lavanderas de La Higiénica como su asesora frente a los dueños de la empresa. Y ayudó a fundar su sindicato junto con otras militantes, como Carolina Muzzilli.
Mucho más que la primera
Cuando tramitó su ciudadanía, se dio cuenta de que el documento no distinguía géneros al hablar de derechos y obligaciones. Cumplía todos los requisitos y como la ley no lo prohibía, exigió que la anotaran en el padrón electoral de la Ciudad de Buenos Aires. La Ciudad rechazó su pedido pero la Justicia le dio la razón.
En 1911 se transformó en la primera mujer en votar en las elecciones en Argentina y en América latina. La hazaña fue imposible de repetir porque en 1912, la ley Sáenz Peña, del voto “universal”, secreto y obligatorio, excluyó deliberadamente a las mujeres. Para figurar en los padrones electorales había que enrolarse en el servicio militar obligatorio.
¿Julieta Lanteri se fue a la casa? Claro que no. Se presentó en los cuarteles para enrolarse en el Ejército y la rechazaron. Llegó a entrevistarse con el ministro de Guerra y aunque no consiguió su objetivo, se le ocurrió otra idea.
La ley decía que las mujeres no podían votar, pero en ninguna parte decía que no podían ser candidatas. Entonces fundó el Partido Feminista Nacional y anunció su candidatura a diputada nacional por Buenos Aires en 1919. Un día, la ciudad amaneció empapelada con un afiche de Julieta Lanteri que decía: “En el Congreso una banca me espera, llevadme a ella”.
El 18 de marzo hizo un acto en la Plaza de Flores (dicen que se paraba en un banco y es probable que haya sido el primero protagonizado por una mujer). Katherine Dreier, una sufragista estadounidense que estaba en Buenos Aires, estaba ansiosa por conocerla y escribió en su diario de viaje sobre la concurrencia: “dos mil personas –de diversas clases- se habían detenido a escuchar el discurso de la doctora Julieta Lanteri”.
Julieta consiguió 1.730 sufragios (solo el 1%), pero nadie lo evaluó como un fracaso, todos sus electores eran varones. El escritor Manuel Gálvez escribió en su libro Recuerdos de la vida literaria: “no quería votar por los conservadores ni por los radicales”, entonces votó a “la intrépida doctora Lanteri”.
Su candidatura y, sobre todo su insistencia, despertaba pasiones a ambos lados de la grieta. La escritora Alfonsina Storni recuerda en una crónica del diario La Nota la opinión de un “hombrecillo perfumado” al que le pregunta “¿qué opina usted de la doctora Lanteri?” y él responde “que es fea”. Storni cerró su columna diciendo: “me hizo tanta gracia que me estoy riendo todavía”.
Lanteri respondía con altura y ocurrencia a los insultos cotidianos: “¡Oh, los hombres! Almas ingenuas que se creen imprescindibles. Suponer que la mujer intenta quitarles sus derechos, cuando, en realidad aspiramos solamente a colaborar con ellos en la marcha del mundo”.
Nadie nos regalará nada
El mérito de Julieta no fue votar por primera vez, sino hacerlo como proclama política y exponer que las mujeres eran ciudadanas de segunda.
Nunca se retiró de la actividad política, aunque en sus últimos años debió duplicar las horas en su consultorio particular (brindaba tratamientos para la calvicie) y endeudarse para afrontar multas por varios de sus desafíos. Tampoco la amedrentó la persecución política, que se intensificaba desde 1930.
En 1932, Lanteri murió en una situación extraña, cuando un auto dio marcha atrás y la atropelló sobre la vereda. Lo más sospechoso fue el conductor, un militante de la Liga Patriótica (una agrupación de ultraderecha). Varias amigas y compañeras de Julieta denunciaron su muerte como un asesinato.
Su militancia desmintió la promesa de avance gradual y la evolución “natural” de los derechos: “La mujer debe luchar para conseguir la realización de sus derechos. Nadie nos regalará nada”, decía.
Una de sus frases más famosas la dijo en 1922: “Arden fogatas de emancipación femenina, venciendo rancios prejuicios y dejando de implorar sus derechos. Éstos no se mendigan, se conquistan”. Pasó más de un siglo pero sus palabras y sus ideas siguen vigentes.
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24M: Tiñamos de violeta y verde las calles contra el ajuste, la represión y el negacionismo del Gobierno de Milei
13 de marzo, por Mar del Plata — Géneros y Sexualidades, Mar del Plata, Dictadura cívico-militar-eclesiástica, 24 de Marzo, Marea verde, #PanYRosas, Negacionismo , Géneros y Sexualidades, Mar del Plata, Dictadura cívico-militar-eclesiástica, 24 de Marzo, Marea verde, #PanYRosas, NegacionismoEste 24 de Marzo, a 48 años del golpe genocida, las mujeres y diversidades volvemos a las calles. Marcharemos, además, en defensa del aborto Legal, de la ESI y de todos nuestros derechos y libertades. Te invitamos a marchar junto a Pan y Rosas y el PTS, la organización que compartimos junto a nuestra compañera Myriam Bregman, diputada nacional del PTS-Frente de Izquierda.
Este 24 de Marzo volvamos a ser un tsunami y retomemos las calles contra el ajuste del Gobierno nacional. Que mintió en campaña, diciendo que el ajuste era contra la casta política y desde el día cero empezó un plan de guerra contra el pueblo trabajador. La pobreza llegó al 57% de la población, en su gran mayoría mujeres e infancias. Nuestros salarios cada vez alcanzan menos, no importa si tenés un empleo estable o sos precaria. Aumenta el transporte, las tarifas y todos los alimentos. Y hasta llegó a suspender la ayuda alimentaria en los comedores populares. Las jubiladas son las más perjudicadas: Milei dice que no hay plata pero cobra por mes el equivalente a 20 jubilaciones y pretendió aumentar su dieta un 50%.
Vamos a marchar también para enfrentar el negacionismo del gobierno nacional, que niega a los 30 mil compañerxs detenidoxs desaparecidxs, porque justifica una dictadura que vino a imponer un plan de guerra contra el pueblo trabajador y tiene el mismo carácter y contenido social que el actual plan económico criminal. Por eso lo bancan el gran empresariado, la misma clase social que perpetró el golpe de 1976. Porque quieren hacer hacer una nueva avanzada histórica sobre nuestros derechos y barrer con las conquistas de lxs trabajdorxs que aún quedan en pie y convertirnos en una colonia yanqui para unos pocos.
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Vamos a marchar en defensa del aborto Legal, la ESI y todos nuestros derechos y libertades. Volvamos a pintar las calles de violeta y verde contra este gobierno extremadamente misógino, que intenta borrar de un plumazo los derechos que hemos conquistado con años de lucha y organización en las calles. Que cierra el INADI, los dispositivos de atención a las víctimas de violencia de género y niega la violencia que sufrimos las mujeres en este sistema capitalista y patriarcal. Este 8M lo dejamos bien en claro. Sabemos que podemos ser un tsunamiy que sobre nuestros derechos y libertades no pasarán.
Así como este gobierno nos tiene a las mujeres y diversidades como blanco de su batalla cultural, el plan genocida tuvo un ensañamiento particular contra las mujeres y diversidades y pretendió imponer un disciplinamiento de género, considerandonos doblemente transgresoras: de los supuestos mandatos que nos confinaban al mundo del hogar y del orden social que se buscaban conservar con el golpe de Estado.Te puede interesar: [TITULOte puede interesar: Política, ideología y violencia sexual. El disciplinamiento de género en la dictadura militar->LINK]
Con nuestra enorme fuerza, el mejor homenaje que podemos hacer a lxs 30 mil compañerxs es organizarnos para derrotar el plan motosierra de Milei. Las mujeres hemos estado a la cabeza en luchas fundamentales de nuestro país. y el mundo. Fueron las heroicas Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo las que salieron a las calles y denunciaron las desapariciones y torturas en plena dictadura. Ellas, con su lucha y movilizaciones mostraron cómo se peleaba por recuperar a sus hijos y a sus nietos y contra los genocidas.
Las mujeres estamos en primera fila en cada lucha frente a los despidos o frente a cualquier agravio. Pusimos en pie un enorme movimiento contra la violencia de género y dijimos NI UNA MENOS contra la violencia machista. Porque vivas y libres nos queremos. Salimos a las calles ante cada femicidio, porque entendimos que “Si tocan a una, nos organizamos miles”. Y fuimos parte de la poderosa marea verde que le arrancó a los dinosaurios del Congreso el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo para que no haya una muerta más por abortos clandestinos.
Las mujeres y diversidades, ante cada crisis, hemos dado muestras de sobra de que sabemos ponernos al frente. Hoy tenemos el gran desafío de ponernos a la cabeza de una pelea que busque unir todas las luchas. Hay un gran ejemplo de esa unidad: las asambleas barriales de CABA. Sabemos la fuerza que tenemos cuando nos unimos.
Te invitamos a marchar con Pan y Rosas y el PTS. Lo haremos en todo el país. En la Ciudad de Buenos Aires lo harán nuestra compañera Myriam Bregman, diputada nacional del PTS-FITU, junto a compañeras trabajadores, estudiantes universitarias y secundarias.
Este 24 M tenemos que ser miles en las calles de Mar del Plata y de todo el país para que se convierta en una gran jornada de lucha nacional. En homenaje a los 30 mil compañerxs detenidoxs desaparecidxs . Abajo el protocolo de Patricia Bullrich. Por un Paro General activo ya y plan de lucha hasta derrotar el plan de Milei, los grandes grupos económicos y el FMI. No al ajuste de los gobernadores. No al pago de la deuda, ruptura con el FMI. No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. Cárcel común, perpetua y efectiva a todos los genocidas. Apertura de los archivos. Restitución de la identidad de todas las niñas y niños apropiados.
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Convertimos las calles en el gran salón de las mujeres y las disidencias.
10 de marzo, por 8M SAN LUIS — Mundo de l@s trabajador@s, Géneros y Sexualidades, San Luis, Argentina, Mujeres trabajadoras, Patricia Bullrich, Día Internacional de las Mujeres, #ParoInternacionalDeMujeres, #8M, Javier Milei, Mundo de l@s trabajador@s, Géneros y Sexualidades, San Luis, Argentina, Mujeres trabajadoras, Patricia Bullrich, Día Internacional de las Mujeres, #ParoInternacionalDeMujeres, #8M, Javier MileiFuimos miles enfrentando el plan motosierra de Milei, se sumaron las localidades de Villa Mercedes y Merlo donde se realizaron grandes movilizaciones por el día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Miles de mujeres y disidencias salieron a expresar su descontento frente a las medidas de ajuste que está llevando adelante el Gobierno de Javier Milei y Claudio Poggi. A su vez, estuvo colmada de intervenciones artísticas y gran color verde, como la gran marea por el derecho al aborto.
Se pudo ver en cada una de las movilizaciones el descontento que gira alrededor de las políticas que están implementando los gobiernos entrantes, despidos en el municipio, desdoblamiento salarial a los trabajadores del estado provincial, recortes en universidades, recortes en el nivel terciario provincial, recortes en la educación pública en general, aumentos en los costos de vida, reclamo de justicia por los femicidios y transfeminicidios. También, se pudo leer en los carteles mucha bronca por el recorte en discapacidad, salud, contra el FMI, DNU y el protocolo de Bullrich.Este 8M, no fue un 8M más, demostramos que el movimiento de mujeres está latente, que tiene fuerzas, que no se calla, que se organiza, que da pelea contra el ajuste, que no va a retroceder ni un paso atrás y que sabe ser marea. Por eso, tenemos que tomar este gran impulso y con gran potencia en nuestros lugares de trabajo y estudio llevar adelantes asambleas y reuniones para seguir organizándonos desde abajo y crear puentes de unidad con todas las luchas de trabajadores.
No tenemos nada que perder, tenemos todo por ganar. Peleamos por el Pan pero también las Rosas.
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8M: contra Milei, el “salón de las mujeres” fueron las calles
10 de marzo, por Ideas de Izquierda — Política, Géneros y Sexualidades, Edición Estado Español, Argentina, Columnistas Vertical , Edición México, Edición Chile, Edición Uruguay, Edición Venezuela, #8M, Javier Milei, Marea verde, Edición Costa Rica , Política, Géneros y Sexualidades, Edición Estado Español, Argentina, Columnistas Vertical , Edición México, Edición Chile, Edición Uruguay, Edición Venezuela, #8M, Javier Milei, Marea verde, Edición Costa RicaCon movilizaciones masivas en todo el país se conmemoró el Día Internacional de las Mujeres. Hubo decenas de miles de mujeres en la concentración frente al Congreso Nacional donde las agrupaciones feministas, los sindicatos, las asambleas barriales y las corrientes políticas se vieron sobrepasadas por quienes se acercaron solas, con sus pancartas artesanales, o acompañadas por sus amigas, sus hijas y madres, compañeras de estudios y trabajo. Importantes manifestaciones se repitieron en Córdoba, La Plata, Mendoza, Neuquén, Jujuy, Río Negro, Salta y muchas más ciudades.
Apenas a tres meses del gobierno de Milei, el movimiento de mujeres y los feminismos se expresaron masivamente, aprovechando la fecha siempre convocante del 8 de marzo. A diferencia de otras grandes demostraciones en las calles, como la de 2015 contra los femicidios y la violencia machista o las que se iniciaron en 2018 por la legalización del aborto, este año no hubo una consigna que, claramente, aglutinara la convocatoria. Todas las demandas se entremezclaban: el sentido de pertenencia a la marea verde, el grito de NiUnaMenos, las denuncias contra la violencia sexual, los reclamos laborales, el rechazo del DNU, las burlas contra fracasado protocolo represivo de Bullrich y muchas más. Incluso no faltaron las banderas Palestinas y la denuncia de que es un genocidio y no una guerra lo que allí ocurre. Pero lo que terminó expresándose mayoritariamente, de manera transversal, fue el repudio a un gobierno reaccionario, extremadamente misógino, que ha tomado a los feminismos como blanco de una "batalla cultural", plagada de provocaciones de funcionarios y hasta del propio presidente.
En las calles, las batucadas, los grupos de danza, las performances, las rondas de debates en el pasto y en el asfalto se mezclaban con los grafitis contra la motosierra, los carteles hechos a mano para denunciar despidos y privatizaciones, los cantos repentinos de que "la patria no se vende", "paro general" y el más popular de "Milei, basura, vos sos la dictadura". A esta altura, la estafa electoral es evidente y, en la plaza del Congreso las mujeres parecía que la tenían clara: la casta, al final, es el pueblo trabajador, jubiladas y jubilados y la clase media empobrecida.
Pan y Rosas ingresó sorteando los embotellamientos que se producían sobre la Avenida Rivadavia. No por el tránsito de vehículos, que tanto le preocupa a la ministra Bullrich, sino por la marea de mujeres que habían dicho que podían ser un tsunami y lo fueron. Con las artistas de Unidxs por la Cultura, vecinas de las asambleas porteñas y también del conurbano bonaerense, trabajadoras de los sindicatos combativos y todas las agrupaciones de izquierda, dimos el presente diciendo NO al plan de Milei y el FMI, exigiendo a la CGT y a las CTA, paro y plan de lucha. Y también, alertando al gobierno que nos amenaza constantemente, que al aborto legal lo defendemos en las calles.
Nuestra compañera, la diputada Myriam Bregman recibía cientos de besos, abrazos y agradecimientos por estar ahí, en la lucha, siempre del mismo lado, coherente. ¿Queda algún candidato presidencial de las últimas elecciones que, en las calles, solo reciba muestras de gratitud de las pibas, de las trabajadoras, de las luchadoras, como ella?
Detrás del escenario, la policía armó un vallado con el que quisieron garantizar el libre tránsito por Avenida Callao. No lo lograron. Las oleadas de manifestantes iban y venían de un lado y del otro de la empalizada. Incluso, muchas presenciaron la lectura del documento desde las alturas, subidas a las vallas convertidas en super pullman. La movilización se vivía como una fiesta, por la alegría de sabernos juntas, nuevamente, tomando las calles a pesar de todo. Karina Milei había elegido ese mismo día para transformar el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada en el Salón de los Próceres, con una selección de retratos bastante arbitraria que incluye al expresidente neoliberal Carlos Menem. Con las imágenes aéreas de la zona del Congreso, varias le respondieron en redes sociales; "éste es nuestro salón de las mujeres".
Pero si muchas llegaron por su cuenta hasta la plaza colmada, espontáneamente, porque lo escucharon en la radio, porque les dijo una amiga, también es cierto que las organizaciones del movimiento prepararon esta convocatoria con mucha anticipación. Durante un mes de asambleas feministas, los colectivos NiUnaMenos y Campaña Nacional por el Derecho al Aborto hicieron de anfitrionas para el debate y la toma de decisiones.
Allí se tejieron consensos, que culminaron en un documento que fue leído en la plaza del Congreso. Compartimos muchas de las palabras allí expresadas, pero lamentamos que el documento no señalara las responsabilidades de quienes abonaron el terreno donde Milei creció haciendo su demagogia sobre el desastre que dejó el gobierno anterior. Y que tampoco planteara claramente cuál es la perspectiva de lucha que el movimiento de mujeres y los feminismos tenemos que proponernos para impedir que el macabro gobierno de Milei siga avanzando a su antojo, con la vía libre del DNU, la pasividad de las centrales sindicales y el silencio de la oposición mayoritaria de Unión por la Patria. Porque cerrando empresas, dejando a cientos de familias en la calle, pulverizando los salarios y las jubilaciones, hambreando a las infancias y entregando los territorios y los bienes comunes a las grandes corporaciones nos obliga a acelerar los tiempos de la resistencia, que son ahora.
Ante cada uno de estos planteos, insistentemente durante varias semanas, volvieron las viejas respuestas de que no se puede exigir paro nacional y plan de lucha a los sindicatos, que las mujeres solo tienen que parar su trabajo gratuito de cuidados, que los secretarios generales tienen sus tiempos. Y el más insólito: que pedir que unifiquemos las luchas, nos divide. Dijimos también que había que señalar, claramente, que el plan motosierra es el nuevo nombre del mismo ajuste que ordena el FMI contra el pueblo trabajador, pero que recae con mayor gravedad sobre las mujeres. Pero el FMI impone sus planes hambreadores porque no solo el gobierno de Milei, sino también el de Alberto Fernández y todos los gobiernos provinciales, aceptaron pagar una deuda escandalosa y fraudulenta asumida por Macri, con el recorte a nuestras jubiladas y jubilados. Pero esta denuncia no podía tener nombre y apellido de los responsables, para no incomodar a la oposición que, cuando fue oficialismo, nos dejó con una inflación descontrolada y al 40 % de la población bajo el nivel de pobreza.
Los balances no son un pase de facturas. Son necesarios para sacar conclusiones que nos permitan volver a poner en pie de lucha al poderoso movimiento de mujeres y los feminismos de Argentina, para derrotar la siniestra política de Milei y no solo para episódicas manifestaciones masivas, sin continuidad. Porque las fuerzas y las ganas están, como ayer lo hemos visto. Pero necesitamos prepararnos para una lucha de largo aliento. Y si no construimos, entre todas, un movimiento independiente políticamente del Estado capitalista y los partidos que gobiernan, hoy nos veremos obligadas a callar las demandas "inconvenientes" porque apremia el hambre y mañana dejaremos de denunciar el ajuste que nos hambrea porque tenemos un gobierno que crea ministerios de mujeres, géneros y diversidad sexual.
Pan y Rosas participó de todas las asambleas preparatorias del 8M señalando esto y por eso propusimos que se permitiera la lectura, también, de otro documento alternativo. Lamentablemente, las organizaciones de izquierda –incluso quienes nos acompañaron en estos cuestionamientos hasta la última reunión– terminaron aceptando que solo se leyera una posición. Eso no impidió que centenares de mujeres de Pan y Rosas acudiéramos a la cita de este 8M, con el resto de las compañeras de la izquierda.
Vamos a seguir insistiendo en la independencia política que necesitamos como movimiento de mujeres, respecto del Estado capitalista y sus partidos de gobierno, para derrotar hoy a la motosierra de Milei que asfixia, hunde y destroza a las grandes mayorías populares, y en primer lugar a las mujeres trabajadoras y del pueblo pobre; de la misma manera que denunciamos, anteriormente sin remilgos, las gravosas consecuencias que el ajuste del ministro Sergio Massa tenía para nuestras vidas.
El pasado viernes 8 de marzo, las mujeres y los feminismos volvimos a mostrar que tenemos las fuerzas para pararle la mano a Milei y sus secuaces si nos proponemos unirnos y masificar las asambleas barriales autoconvocadas, organizar democráticamente otras asambleas para planificar la lucha en cada lugar de trabajo y en cada escuela y universidad. Si avanzamos en coordinar todas esas fuerzas (terrenales) detrás de este propósito, seremos invencibles.
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