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El arte colectivo se alza contra los crímenes de odio y femicidios
1ro de febrero, por Neuquén — Géneros y Sexualidades, Neuquén, Géneros y Sexualidades, NeuquénMujeres y memoria encabezaron una muraleada en la ciudad de Neuquén. Las paredes hablan y convocan a organizar la resistencia contra los discursos de odio del presidente Javier Milei y en defensa de cada derecho conquistado con la lucha.
Mientras bajaba el sol fueron llegando estudiantes de la universidad, jubiladas, docentes con sus infancias, estudiantes de bellas artes para poner manos a la obra del mural colectivo organizado por la colectiva Mujeres y Memoria.
“Este mural lo estamos haciendo en el marco de la convocatoria del 1 de febrero en defensa de las diversidades, contra la negación de nuestras libertades”, cuenta Vilma, una de las artista impulsora de Mujeres y Memoria.
"Es interesante la recepción de la gente que pasa. Estuvimos hablando con un señor que no sabia bien donde era la convocatoria. El arte público también sirve para aclarar, las paredes hablan”, dice Elisa Algranati, muralista del colectivo.
“Si bien es una convocatoria que se hizo de la agrupación Mujeres y Memoria, un montón de gente que antes no había participado de los murales, hoy está participando con nosotras. Es muy bueno que cada vez haya más gente que quiera manifestarse. Están invitadas e invitades a seguir", convoca Vilma.
"El arte publico mueve un montón, genera interrogantes, ayuda a la convocatoria para movilizarse este 1 de febrero”, asegura Elisa. Y Vilma agrega: “Hablando de libertad, en vez de avanzar se retrocede con los planteos del gobierno. Acá estamos tratando de acentuar y remarcar nuestros derechos”.
A través del arte, las paredes hablan y convocan a organizar la resistencia contra los crímenes de odio, contra los femicidios, en defensa de cada derecho conquistado con la lucha, contra el plan reaccionario del presidente Javier Milei.
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El arte colectivo se alza contra los crímenes de odio y femicidios
1ro de febrero, por Neuquén — Géneros y Sexualidades, Neuquén, Géneros y Sexualidades, NeuquénMujeres y memoria encabezaron una muraleada en la ciudad de Neuquén. Las paredes hablan y convocan a organizar la resistencia contra los discursos de odio del presidente Javier Milei y en defensa de cada derecho conquistado con la lucha.
Mientras bajaba el sol fueron llegando estudiantes de la universidad, jubiladas, docentes con sus infancias, estudiantes de bellas artes para poner manos a la obra del mural colectivo organizado por la colectiva Mujeres y Memoria.
“Este mural lo estamos haciendo en el marco de la convocatoria del 1 de febrero en defensa de las diversidades, contra la negación de nuestras libertades”, cuenta Vilma, una de las artista impulsora de Mujeres y Memoria.
"Es interesante la recepción de la gente que pasa. Estuvimos hablando con un señor que no sabia bien donde era la convocatoria. El arte público también sirve para aclarar, las paredes hablan”, dice Elisa Algranati, muralista del colectivo.
“Si bien es una convocatoria que se hizo de la agrupación Mujeres y Memoria, un montón de gente que antes no había participado de los murales, hoy está participando con nosotras. Es muy bueno que cada vez haya más gente que quiera manifestarse. Están invitadas e invitades a seguir", convoca Vilma.
"El arte publico mueve un montón, genera interrogantes, ayuda a la convocatoria para movilizarse este 1 de febrero”, asegura Elisa. Y Vilma agrega: “Hablando de libertad, en vez de avanzar se retrocede con los planteos del gobierno. Acá estamos tratando de acentuar y remarcar nuestros derechos”.
A través del arte, las paredes hablan y convocan a organizar la resistencia contra los crímenes de odio, contra los femicidios, en defensa de cada derecho conquistado con la lucha, contra el plan reaccionario del presidente Javier Milei.
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[Poesía] Marchamos
1ro de febrero, por Mendoza — Géneros y Sexualidades, Mendoza, Feminismo, LGTBI, Edición México, Patriarcado, Ni Una Menos, Géneros y Sexualidades, Mendoza, Feminismo, LGTBI, Edición México, Patriarcado, Ni Una MenosIlustración: @mmancuso_art
Marchamos
Contra la oscuridad
de la prepotencia
desmedida del absurdo
que atropella derechos
esenciales que dignifican
a cada cual en su vida
en la de cada une
en las colectivas
y universales
Marchamos
No hay regreso
nunca de los nuncas
al menoscabo
de cada horizonte
de lo amoroso
en la plenitud del goce
en la multiplicidad
de los arco iris
No podrán apagarlos
Están cada vez
más frescos y encendidos
Nunca de los jamases
volveremos a las celdas
del patriarcado
a sus crueldades
y cobardías
ni a dejar desvalido
al medio ambiente
a las flores
de los minerales
que son mareas
donde encumbramos
lo justo de toda lucha
Cuidamos la cordillera
de las garras del veneno
es la brújula
orientadora y reveladora
de cada gota de agua
que es existencia
Defendemos con el cuerpo
de lo cierto
con la convicción
de la memoria
y por el respiro
del presente
que es porvenir
todo lo que ganamos
sepultando al miedo
a la indiferencia
y mezquindad
Por ello salimos a la calle
con todas las fuerzas
que empujan lo cierto
para frenar a la ignominia
de los que gobiernan
a la infamia de querernos
doblegados, deshonrados.
Entonces la decencia
de nuestras voluntades
se iza en el país
en el mundo del respeto
con todas las banderas
del aire que nos alienta
a derrotar al fascismo
que ataca nuestros orgullos
y la poesía de la libertad.
Nora Bruccoleri
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El odio pasó de las palabras a los hechos: hombre incendió la casa de una pareja de lesbianas
31 de enero, por Cañuelas — Géneros y Sexualidades, Provincia de Buenos Aires, Lesbianas, Lesbofobia, Crímenes de odio, Cañuelas, Javier Milei, Géneros y Sexualidades, Provincia de Buenos Aires, Lesbianas, Lesbofobia, Crímenes de odio, Cañuelas, Javier MileiOcurrió el miércoles en Cañuelas, sur del Gran Buenos Aires. Sólo de casualidad no hubo que lamentar nuevas víctimas. Hacía años el criminal hostigaba a les habitantes de la vivienda y hasta violó una perimetral. Los discursos odiantes de Milei tienen eco. Este sábado hay que responderle masivamente en las calles.
El miércoles un hombre roció con combustible y prendió fuego la vivienda de una familia integrada por lesbianas. Fue en la localidad bonaerense de Cañuelas y sólo por casualidad no se registraron víctimas. Según la información difundida por la Federación Argentina LGBT+, “esta historia de violencia lesoboodiante comenzó en 2022” y el criminal llevaba largo tiempo “amenazándolas impunemente”.
Tras la pandemia, la pareja de lesbianas se había mudado a esa zona semirrural del sur del Gran Buenos Aires para “tener una vida más pacífica, en contacto con los animales y la naturaleza”. Pero “una vez ahí, conocieron la historia de un vecino, Orlando Alcides Lutz Fogar, que estaba violentando a otra pareja de mujeres en el barrio y decidieron actuar para demostrarle que no estaban solas, acudiendo a las situaciones en que él las amedrentaba”, relata el comunicado de la FALGBT+.
Denuncian que Lutz Fogar las filmaba con su teléfono cuando ellas se iban o llegaban al domicilio, que “se interponía en el camino del auto”, que las espiaba con largavistas y “les hacía gestos de persignación o de fornicación. Estaban presas en la casa, sin posibilidad de salir a caminar o andar en bici por el miedo. Dejaron de permitir que su hija juegue afuera”. Incluso el criminal llegó a prender fuego el pilar de la electricidad del domicilio, poniendo en riesgo también la casas linderas.
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“A pesar de todas las denuncias presentadas, la única respuesta de la Justicia fue una perimetral para una sola de las integrantes de la familia, que (el hombre) nunca cumplió”, afirman desde el FALGBT+. Según pudo averiguar La Izquierda Diario, esas denuncias pasaron por las menos del juez Martín Rizzo, titular del Juzgado de Garantías de Cañuelas, tristemente célebre por haber ordenado en 2020 el desalojo de 3.500 familias sin techo de un predio de Guernica, gran parte de ellas a cargo de mujeres que buscaban escapar de situaciones reiteradas de violencia machista.
La información difundida por la FALGBT+ dice que al momento de producirse el incendio de este miércoles la vivienda no estaba habitada. El criminal “una noche apuntó a la casa con una mira láser. Logró su objetivo: inmediatamente abandonaron la casa que construyeron con tanto amor y esfuerzo por miedo a morir”. En la madrugada de este 29 de enero “las despertó un llamado telefónico de una vecina advirtiéndoles que la casa estaba en llamas”.
Las filmaciones de cámaras de seguridad muestran cómo Lutz Fogar caminó “por el medio de la calle a las 3:40 de la mañana con un bidón de nafta en la mano acompañado por su perro ovejero. Se dirige directamente a la casa, la rocía de nafta y la prende fuego, pensando que la familia estaría adentro”.
La pareja de lesbianas denunció cada uno de los ataques recibidos de parte del “vecino”. Aportaron pruebas y testigos. Pero el Poder Judicial no hizo prácticamente nada para protegerlas. Además del juez Rizzo, quienes miraron para otro lado fueron el titular de la UFIyJ 1 de Cañuelas, fiscal Roberto Berlingieri, y la Unidad de la Defensa a cargo del defensor oficial Roque Funes.
La familia de lesbianas se hace eco de la convocatoria para marchar este sábado en todo el país contra los discursos de odio y discriminación emanados por el gobierno de La Libertad Avanza, sobre todo en los últimos días con Javier Milei haciendo campaña en Davos en favor de la misoginia, la homolesbotransfobia y todo tipo de ataques a las disidencias sexuales. “No vamos a volver para atrás, nuestros derechos no se negocian y nuestras vidas valen”, afirman a través del comunicado de la FALGBT+.
Desde la Agrupación Pan y Rosas , convocante de la movilización, afirman que “con la diversidad sexual y los feminismos junto a las trabajadoras y trabajadores en lucha al frente, vamos contra los crímenes de odio y los femicidios, porque al closet no volvemos más. Unidad con todas las peleas en curso para dar la disputa por convertir el cántico que se coreó en Lezama de ‘a dónde está, que no se ve, esa famosa CGT', en una política activa para construir un paro general y un plan de lucha, desde cada laburante en lucha y cada lugar de trabajo, desde cada barrio y lugar de estudio”.
“Activemos juntxs en cada lugar donde nos movamos, la participación el 1F. Si decían que no pasaba nada contra Milei, miren cómo empezamos a demostrar lo contrario. Contagiá a tu amigue, a tu familiar, a tu compañerx de laburo, de estudio, a tu vecinx, en tus redes, para aportar cada unx desde nuestro lugar, a reventar las Plazas y ocupar las calles en todo el país”, concluyen desde la agrupación impulsada por militantes del PTS en el Frente de Izquierda e independientes.
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El ojo mocho (de la justicia)
31 de enero, por Tribuna Abierta — Géneros y Sexualidades, Mendoza, Discriminación, Donald Trump, Javier Milei, #Feminismo, Géneros y Sexualidades, Mendoza, Discriminación, Donald Trump, Javier Milei, #FeminismoPasó de largo, como tantas noticias y provocaciones, la inversión (triquiñuela, diría mi madre) que oculta el actual llamamiento a la igualdad ante la ley. Según Trump y Milei y allegados, una política de cupos o de discriminación positiva (por raza, género, discapacidad, diversidad, edad, etc.) implica un privilegio y por ende es injusta. Semejante afirmación invierte el contenido de la justicia, incluido el experimento de John Rawls, último intento teórico con que se quiso evitar la involución autoritaria del liberalismo
Foto: Lorena Sopêna (Europa Press)
A favor de ese teórico norteamericano, hay que decir que su imponente libro de 1971 logró advertir la carencia de un sustento sólido a la adhesión del liberalismo a algún ideario democrático. En efecto, en su Teoría de la justicia el profesor de Harvard planteaba como punto de partida la insuficiencia de los argumentos -cosa que él se proponía subsanar- que se requerían para sostener el liberalismo en un escenario político acosado por la rapiña del mercado. Un buen argumento moral, un aliado para el debate político, una argamasa de conceptos más elegantes, capaces de sortear la hipocresía ética de su complacencia con la acumulación capitalista. Todo eso prometía la teoría de Rawls.
Es importante seguir su razonamiento, tan estilizado: en primer lugar, su invitación a pensar en qué debería fundarse una “sociedad bien ordenada”, en términos de principios. Qué principios deberían seguirse. Y sí, parece un ejercicio algo abstracto, como fuera del espacio y del tiempo. Pero sigamos. Una vez que consentimos seguirlo en ese ejercicio, Rawls propone: debemos pensar una situación, como en una burbuja, en la que estarían los individuos antes de saber qué parte de la lotería natural les va a tocar. Si son hombres o mujeres, si son pobres o ricos, si son talentosos o les falta una pierna, etc. En esa “situación original” por demás abstracta, tales individuos estarían oscurecidos por un “velo de la ignorancia” con respecto a su situación real y concreta. El ejercicio supone una capacidad de pensar y de actuar moralmente como sujetos. Y supone también que hay desigualdades que la vida en sociedad no puede corregir totalmente, aunque debe intentarlo en aras de una “bien ordenada”.
De esa ficción, de esa burbuja conceptual, salen unos principios. ¿Qué voy a elegir si no sé si soy pobre? Más me vale no elegir que los ricos tengan todos los privilegios. Lo mismo si soy mujer: tendré que elegir a ciegas, unos principios que garanticen aquello cuyo peor resultado fuese superior al peor resultado de las demás alternativas. Rawls deduce estos principios: que todos puedan seguir sus proyectos en libertad (1), que todos sean tratados por igual y tengan igualdad de oportunidades (2), y que sólo se admita un tratamiento desigual a quienes peor la sacaron en la lotería de la naturaleza, es decir, una compensación a su favor (3). Aun especificando que en estos principios hay un orden (la libertad antes que la igualdad y la diferencia), está claro que el autor buscaba sentar una especie de funcionamiento, de un mecanismo (con discurso normativo y ético adosado) capaz de evitar lo que ya desde antiguo se llamaba corrupción: cuando un grupo se apropia de lo común y gobierna en su propio beneficio. Hoy no parece tan evidente. Justamente lo que actualmente se eleva como mérito individual de los héroes del consumo y la acumulación, hasta hace unas décadas no podía ser visto como otra cosa que inmoral.
Quizás haya que mencionar el contexto de la Guerra Fría, de la puja distributiva en las políticas del Estado Benefactor en el país del norte —esas que desde la era de Reagan fueron rápidamente abandonadas allá y acá—para comprender la cantidad de aristas que esta versión de la justicia ponía sobre el tapete. Lo lindo de la cosa es que Rawls enojó a todo el mundo. Los hoy héroes libertarianos (en esa época muy outsiders, la verdad) se indignaron con su igualitarismo excesivo y encendieron los motores de publicaciones generosamente financiadas. El problema es que para discutirlo, tenían que recurrir a otros principios que no lucían para nada bien. ¿Apropiación originaria? (en este caso, no de los indios americanos, obviamente, sino de los colonos) ¿Jerarquías naturales? ¿Raciales?¿Superioridad Técnica? ¿o Sabiduría? (Ni Platón lo logró) ¿Mandato divino?. Quedaron en evidencia las simples relaciones de poder a un nivel que era obvio como para tomarse el trabajo de intervenir demasiado en el debate. Pero no se podía profundizar mucho, porque otras preguntas más complejas aparecían: ¿Qué concepto de sociedad subyace al planteo sin historia, por demás individualista y atomístico? ¿Qué tipo de cultura necesita esa sociedad para valorar qué tipo de bienes, con qué valores y virtudes? Cuestiones todas que apuntaban al excesivo formalismo de los términos en que se había propuesto un pomposamente denominado “debate del liberalismo” que dejaba la exclusión social como problema individual y una justificación fabulada del orden social. (Las que sí se aprovecharon del fenómeno de un tal “debate” filosófico fueron las feministas, quienes vinieron a sumarse con una radicalización de la crítica a las categorías tradicionales de ciudadanía y de política).
Un poco se merecía esto, don Rawls. ¿A quién se le ocurre que puede haber una distribución “justa” o equitativa (esa fue la categoría central ya desde el título) en una sociedad capitalista? Si eso nos suena descabellado, hoy se nos predica otro tipo de “ceguera” de tipo inverso: pasar del velo de la ignorancia -ficción pensada para no favorecer por demás las relaciones sociales existentes- a la consagración de una ceguera sistemática con respecto a los privilegios concretos, y no naturales. Nos quieren hacer pasar una igualdad aritmética como señuelo (cada uno cuenta como uno, igual ante la ley) ocultando el evidente carácter acumulado de quienes captan la renta de lo que producen con sudor todos los demás.
Esto último supone algo que en Trump o en Milei es tan sólo una especie de chicana discursiva, que pasa si se la deja pasar, pero sin contenido: la igualdad no significa tratar a todos de la misma manera, sino reconocer desigualdades estructurales para poder nivelar el terreno. Nunca fue otra cosa como principio de justicia. La igualdad no es abstracta sino concreta.
El pobre de John Rawls no había inventado nada, digámoslo todo: intereses particulares, posiciones dominantes o privilegios ya en Atenas del siglo III a.c. eran un factor de corrupción en las tipologías de las formas de gobierno, y tenían nombre: oligarquía, plutocracia y otras. La bella idea de la igualdad ante la ley, o de la Justicia con un velo tapándole la vista, no debiera ser usada contra el pueblo o contra las llamadas minorías desfavorecidas, porque ello subvierte y niega el mínimo significado de democracia o de república. Alegar que vamos a “un Estado ciego” porque cualquier discriminación positiva viola la igualdad ante la ley es inclinar más aún la cancha, hacer como si no existiesen las verdaderas desigualdades, y sacar del medio a quienes discuten la distribución de los bienes que la propia mayoría produce. No es batalla cultural anti woke. Es debilitar cualquier disputa a las bases de la distribución tan regresiva de los bienes y de la palabra. Es reforzar con un “halo” de mérito a las más injustas desigualdades: la de los varones ejerciendo violencia contra las mujeres, la de los ricos contra los pobres, la de los colonos contra las poblaciones originarias, la del racismo, el adultocentrismo, el capacitismo y otras discriminaciones (negativas, sistemáticas) que están presentes en sociedades tan desiguales como la nuestra.
Lejos ya de un encuadre mínimamente liberal, se quiere vender una versión totalmente tergiversada de estas reflexiones con algo tan podrido como que las políticas de género, de atención a la diversidad o la discapacidad representan un dar privilegios, o atender un reclamo “subjetivo”. En palabras de Milei o de Cuneo Libarona o del Gordo Dan (da igual), se trata de eliminar la discriminación “con que ciertos grupos sociales se hicieron de derechos que no le son natos”. ¿Era un derecho nato asesinar a tu novia por celos? ¿O torturar a tus empleados? ¿Era un derecho nato dejar de pagar impuestos por la fuerza del lobby, mientras se los imponen al resto de la población pobre?
Pese a su evidente falsedad, igual nos gusta creer en la igualdad ante la ley. Al menos como mantra para invocarla cuando nos asalta la indignación por el trato aberrantemente desigual (que es una constante en la experiencia de la mayoría). Pero cuando invoquen el velo de la ignorancia, que sea no para desfavorecerte, sino para no discriminarte.
Fuentes para estos conceptos mejor explicados:
John Rawls (1995) Teoría de la Justicia. 2da ed. México: FCE.
Roberto Gargarella (1999) Las teorías de la justicia después de Rawls. Buenos Aires: Paidós.
Atilio Boron y Fernando Lizárraga (comps.) (2014) El liberalismo en su laberinto. Renovación y límites en la obra de John Rawls. Buenos Aires: Luxemburg.