Jueves 26 de abril de 2007

ELLAS, MUJERES DE LA CLASE OBRERA

Eleanor Marx

Hija menor de Karl Marx, Eleanor se empapó de las ideas revolucionarias desde su infancia. Nació el 16 de enero de 1855 en Londres y eligió la militancia para luchar junto a los trabajadores. En su adolescencia colaboró con los exiliados de la Comuna de París y con los inmigrantes irlandeses que llegaban a Inglaterra.

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Hija menor de Karl Marx, Eleanor se empapó de las ideas revolucionarias desde su infancia. Nació el 16 de enero de 1855 en Londres y eligió la militancia para luchar junto a los trabajadores. En su adolescencia colaboró con los exiliados de la Comuna de París y con los inmigrantes irlandeses que llegaban a Inglaterra.

Integraba un grupo de teatro que hacía obras para colaborar con el movimiento sindical y socialista. "-¡Los próximos días serán críticos si los fondos de huelga no funcionan, los trabajadores serán sometidos al hambre!", arengó durante una manifestación. Pero, además, encontraba en el teatro una herramienta para la propaganda socialista y una forma a través de la cual cuestionar las ideas impuestas del matrimonio y el amor burgués.

Todas sus actividades estaban cargadas de la convicción de que podemos transformar la realidad y que el cambio viene de la mano de la clase trabajadora. En 1884 se une a la Social Democratic Federation, pero al ver la tendencia reformista de esta agrupación y su alejamiento del movimiento obrero, decide romper junto a un grupo de militantes, con quienes forma la Liga Socialista, para abocarse al socialismo revolucionario e internacionalista. Eleanor escribe en el periódico de esta organización, donde se encarga de las noticias del exterior.

Excelente oradora, le encomendaron la tarea de difundir el socialismo en Estados Unidos, adonde viajó por primera vez en 1886, invitada por el Partido Socialista del Trabajo, junto a su compañero Edward Aveling. Desde entonces colaboró incesantemente con las luchas obreras, participando activamente en todos los conflictos que apuntaban contra la burguesía expropiadora: en la huelga de mujeres de la fábrica de fósforos "Bryant and May", que trabajaban 14 horas al día por míseros salarios, la de ferroviarios, mineros, y sobre todo, se comprometió en la formación del Sindicato Nacional de los Trabajadores del Gas, del que será una referente destacada.

Eleanor defendía y propagaba la necesidad de que la clase obrera se organizara, pero siempre sosteniendo que "todas las centenares de huelgas grandes y pequeñas llegan a una misma conclusión (?) la de que el sindicalismo y las huelgas, por sí solos, no emanciparán a la clase trabajadora (?) cuya libertad económica sólo podrá ser conseguida a través del dominio del poder político en el interés de su propia clase".

En 1889 ayuda a organizar el Congreso en París de la II° Internacional, que resuelve hacer una convocatoria internacional de trabajadores el 1-° de mayo, por la jornada de 8 horas. Ese mismo año se inicia una huelga de los trabajadores del gas en Londres y Eleanor da la pelea junto a ellos, convocándolos en la puerta de la fábrica, escribiendo material de propaganda, organizando comisiones de solidaridad y manifestaciones, e impulsando la organización de la primera Sección Femenina del Sindicato Nacional de los Trabajadores del Gas. En cada huelga o manifestación se hacía presente, y alentaba la lucha con sus discursos.

En 1897, vuelve a Estados Unidos, y sus primeras palabras a los miles de trabajadores que la recibieron con banderas rojas fueron "toda riqueza, todo lo que hoy llamamos capital, se produce del trabajo de ustedes". Ése fue uno de sus últimos discursos, y sus palabras quedarán inmortalizadas en la multitud de obreros: "Nosotros no queremos lo que dicen hoy en día que es orden, pues el orden de hoy es desorden (?) Encontramos hombres millonarios y hombres que mueren de hambre; mujeres que poseen millones y millones de mujeres que tienen que escoger entre el hambre o la prostitución".

Decidió terminar con su vida bajo los efectos del cianuro el 31 de marzo de 1898, luego de descubrir que su compañero Aveling "con quien ella se había atrevido a convivir sin haber contraído matrimonio en una Inglaterra sumida en la moral victoriana" se había casado a escondidas con una actriz, hacía tiempo, repartiendo su tiempo engañosamente entre ambos hogares. Esta noticia sumió a Eleanor en una profunda depresión.

Pero a pesar de su corta vida, Eleanor ha dejado el legado de su lucha incansable, una lucha que hoy sigue viva. "Desde pequeña, yo sé lo que significa consagrar la vida al proletariado. Y esto es lo que continuaré haciendo". Así lo hizo en los 43 años de su corta pero apasionada existencia.




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