Este año un grupo de estudiantes y docentes de Paraná nos organizamos para viajar a Salta al XXIX ENM. Allá nos espera una ciudad profundamente conservadora que hace días espasmó a todos con un terrible feminicidio: la docente Evelia Murillo pagó con su vida el derecho de poder decir NO a la violación de una alumna. Como Melina, como tantas otras que murieron allá, más acá, junto a nosotras, en las aulas, en nuestros barrios, como nosotras mismas.
Viajamos porque abortamos en el dolor de la soledad, la precariedad y el silencio. Porque hemos parido obligadas, ante los aplausos y bendiciones cínicas de personas que después se borran de nuestras vidas.
Porque laburamos jornadas de 10 o mas horas, en negro. Porque estamos cansadas de desesperar al llegar a fin de mes sin saber si llegaremos al alquiler o no.
Viajamos porque en los recovecos comunes de la vida de los pueblos y ciudades del interior, luchar por nuestros derechos es ser "una loca lesbiana" y ser una loca lesbiana es sinónimo de criminalidad.
Viajamos porque en Paraná diputados como Ruben Almará (FPV) hacen apología del feminicidio y la violación en medios masivos de comunicación.
Porque adolescentes como Fernanda Aguirre desaparecen secuestradas por redes de trata y prostitución ante la inercia de los políticos y la justicia.
Porque nuestros sindicatos y centros de estudiantes no consideran que los problemas de la vida de las mujeres deban ser motivo de lucha.
Porque la mentira del "aborto legal con misoprostol" no nos conforma y no alcanza para tapar la realidad en la que seguimos pagando con la vida de las mujeres pobres una alianza oportunista del gobierno con Bergoglio.
Porque mientras nos venden humo abriendo la "casa de la mujer" o "la escuela de género", las comisarías rebalsan de denuncias de violencia machista que nadie atiende. Y los casos de feminicidio juntan telas de araña en los tribunales, mientras la tasa mujeres asesinadas sube y junto con ella, la naturalización y el atraso. Porque la contracara del discurso "progre" del gobierno local en materia de género es la impunidad de violadores, pederastas y femicidas. Se llama, por ejemplo, Justo José Illaraz: un seminarista del arzobispado paranaense acusado de violar a mas de 50 niños entre el 80 y el 90, ante los ojos cómplices de la curia local, quién hoy se encuentra en libertad gozando de la impunidad que la justicia clerical garantiza.
Nos organizamos para luchar porque a la política hipócrita del kirchnerismo provincial, pero también del massismo y del FAP, les supura la pestilencia de niñas violadas en plazas publicas a la vista de la justicia, el gobierno y la policía.
Porque mientras se siguen descubriendo las alianzas de políticos y de la policía con el narco y la prostitución, en las calles "los criminales" somos las trabajadoras y trabajadores en lucha como los docentes y trabajadores del gas, y la juventud precarizada que en cualquier momento y lugar tiene que comparecer ante el "tribunal" de la ley de clase: parar, ponerse contra la pared y dejarse manosear rogando no ser apaleados y "guardados" unos días por "averiguación de antecedentes". Porque en Entre Ríos los milicos entran a las escuelas calzados con armas de guerra, y se llevan pibes de las aulas. Porque entendimos que nadie sino nosotras mismas juntas y organizadas, podremos acabar con la opresión, el abuso y el cinismo de este lugar donde la buena costumbre y la moral religiosa aun siguen decidiendo sobre nuestras vidas. Tapando con espejitos de colores los cadáveres y cuerpos rotos sobre los que se construye el cuentito de la mujer felizmente casada.
Porque nos dicen que fue la "década ganada" pero tenemos un código civil nuevo donde perdimos siglos en materia jurídica.
Para llenar de palabras y de lucha los silencios y vacíos de la vida que nos imponen. Para replicar las luchas y experiencias de este encuentro a nuestro regreso, con compañeras de trabajo, de estudio, amigas, familiares... Porque no tiene porqué "seguir siendo así como siempre fue" para las mujeres, porque podemos construir con organización la fuerza para decir que NO y no morir en el intento, para poder decidir sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos. Para encontrarnos con compañeras de comisiones internas de fábrica como Zanon y Madygraf bajo control obrero, trabajadoras inmigrantes en lucha, trabajadoras de la tierra en el norte, compañeras originarias, estudiantes, docentes, etc y demostrar y demostrarnos que cuando levantamos la cabeza, la vida puede realmente ser otra cosa. |