Desde el 21 de agosto, desde la Secretaría de La Mujer de Humanidades realizaremos el Seminario Debates de Género y Marxismo. El primer encuentro estará a cargo de Andrea D’ Atri, dirigente nacional del PTS, fundadora y dirigente de la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas.

La situación de las mujeres

Prendemos la tele y vemos a las mujeres en la Panamericana, resistiendo en la primera línea la represión de la gendarmería.. Luego vemos a esta misma fuerza represiva llevarse detenida hasta a una nieta restituida, vemos en Salta a miles de docentes tomando las calles, las estudiantes en Tucumán tomando las facultades contra la violencia de género, las aguerridas mujeres del azúcar y Zapla en Jujuy, peleando junto a sus compañeros varones.. Qué reclaman todas esas mujeres?

Es que mientras el gobierno de Kristina cínicamente nos sigue diciendo que ésta ha sido una "década ganada", son millones de mujeres trabajadoras y pobres las que muerden su bronca y siguen sufriendo las condiciones más crueles de opresión y explotación. Por eso, son también muchas las que se empiezan a rebelar y se organizan en sus lugares de trabajo y estudio, impulsan comisiones de mujeres, salen a las calles junto a sus compañeros varones para defender sus derechos.

Y es que en esta "década ganada" más de 600 madres buscan a sus hijas secuestradas por las redes de trata. Si no fuera por la impunidad que les conceden los funcionarios y las fuerzas represivas del Estado, estas redes no podrían actuar. Las pobres son las que mueren por abortos clandestinos. Más de 300 cada año. Y si Cristina dijo que estaba en contra de la legalización cuando estaba “enfrentada” a Bergoglio y tenía mayoría automática en el Congreso ¿Qué se puede esperar ahora que se abraza con el Papa? Lo que está sucediendo: un proyecto de reforma del Código Civil a la medida de la Iglesia Católica. Una Santa Alianza del Vaticano, la oposición patronal y el propio gobierno, contra los derechos de las mujeres.

No podemos elegir no ser madres. Pero si somos madres, tenemos que resignarnos a no ver nunca a nuestros hijos, trabajando en turnos rotativos, haciendo horas extras y sin fines de semana. Las grandes empresas buitre como Lear “se la llevan en pala”, con el apoyo y la complicidad de la burocracia sindical (oficialista y opositora), pero lo hacen a costa de nuestras espaldas. Casi la mitad de las mujeres que trabajamos lo hacemos en condiciones de precarización, y si nos embarazamos somos inmediatamente despedidas.

Encuentros y desencuentros

Luego de la emergencia de un gran movimiento de mujeres en las calles en 2001, que se unió a las y los desocupados, a las y los trabajadores que tomaban las fábricas y las ponían a producir sin patrones, fueron muchas las mujeres y organizaciones que depositaron sus esperanzas en un gobierno que se decía "de los DDHH", que prometió ampliación de derechos. Estas mujeres abandonaron las calles y depositaron su confianza en el "lobby parlamentario" y hoy, que el gobierno se saca la careta y muestra claramente de qué lado está, quedan en un callejón sin salida.

Pero también las mujeres siguieron luchando por sus derechos estos diez años. Las obreras de la alimentación, del azúcar, las trabajadoras de la salud y las docentes protagonizaron luchas por el salario y las condiciones laborales. Las redes de trata sólo han liberado a algunas jóvenes cuando las madres y amigas de estas chicas se organizaron. Miles, en todo el país, nos movilizamos en la última década por el derecho al aborto. Enfrentando a la Iglesia oscurantista, juntamos miles de firmas en apoyo al proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, mientras los diputados dejaron que caducara sin ser tratado. ¿Qué impide que esa fuerza se exprese en un movimiento de lucha en las calles por nuestros derechos?

Volver a las calles..

Lo que el doble discurso del gobierno y sus maniobras no pudieron evitar es que las mujeres sigamos debatiendo y organizándonos por nuestros derechos. Sin embargo, la lección a sacar de esta enorme experiencia de años de lucha por el derecho al aborto y todos nuestros derechos, debería ser que no alcanza con el apoyo pasivo de la población y la confianza en las negociaciones parlamentarias.

La independencia del poder del Estado, sus funcionarios y políticos, para enfrentar, exigir y conquistar nuestros derechos sin compromisos; la construcción de movimientos amplios que incluyan a las mujeres trabajadoras y pobres como protagonistas y sujetos políticos de sus propias reivindicaciones; así como la necesidad de la lucha y la movilización para arrancar incluso avances parciales, son algunas conclusiones de esta década transcurrida; que deben permitirnos avanzar en la conquista de nuestros derechos.

Este es el desafío que nos trazamos desde la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas, en la Secretaría de la Mujer de Humanidades. Queremos aportar con este seminario a un debate necesario para avanzar en la organización de un movimiento de mujeres, estudiantes y trabajadoras, de cara al próximo Encuentro Nacional de Mujeres, porque sabemos que nos sobran los motivos para organizarnos. Las invitamos a sumarse y a que hagamos nuestras las palabras de la feminista Julieta Lanteri: "los derechos no se mendigan, se conquistan!"