Hoy estábamos en medio de una reunión con compañeras del Partido de Trabajadores Socialistas y otras compañeras de Brasil y Bolivia, cuando nos enteramos de esta triste noticia. Paramos la reunión y contamos, entre lágrimas, a quienes no la conocían, quién era Dora.
Dora había militado en el movimiento trotskista en Argentina, había sido obrera y delegada, exiliada en Francia se acercó a la corriente de Ernest Mandel, conoció también allí el feminismo y desde que regresó a Argentina fue una incansable luchadora del movimiento de mujeres por el derecho al aborto.
Las militantes del PTS la conocimos y nos acercamos a ella en 1994, cuando junto a otras compañeras del movimiento feminista enfrentó la trampa de la Asamblea Constituyente. Muchos años después nos invitó -como lo hizo con otras corrientes de la izquierda- a participar de la Asamblea por el Derecho al Aborto que impulsó en la Capital.
Tuvimos discusiones en pocos momentos: a pesar de nuestras diferencias políticas, siempre en la relación que mantuvimos primó más bien nuestro respeto por la tradición política que encarnaba y por sus convicciones en la lucha incansable por el derecho al aborto.
Hoy lamentamos su muerte, cuando la derecha se fortalece no sólo en nuestro país sino en toda América Latina, cuando los "monseñores" sacan a relucir su odio por el feminismo y la educación sexual "neomarxista" (!!), cuando la Iglesia apoya un golpe en Honduras y Cristina prepara su viaje al Vaticano, cuando fuerzas reaccionarias amenazan nuevamente con irrumpir en nuestro Encuentro Nacional de Mujeres. Estaremos más solas en la lucha por nuestro elemental derecho a decidir... estarán más solas las mujeres trabajadoras y pobres que son las que arriesgan hasta su vida en la clandestinidad.
– ¡Hasta el socialismo siempre, Dora!
Andrea D’Atri, dirigente nacional del Partido de Trabajadores Socialistas |