ENTREVISTA
Seminario Zona Norte: "El origen de la opresión de la Mujer. Clase y Género"
Entrevistamos a Lorena Gentile delegada de la Comisión Interna de Kraft y a Érica Seitler presidenta del centro de estudiantes de Ciencias de la Educación de la UNLu-San Miguel
¿Qué objetivos se proponen con este seminario y quiénes son sus panelistas?
Erica: Este seminario surgió como una iniciativa de compañeras trabajadoras y estudiantes y fue votado por todos y todas las compañeras en el último plenario abierto del PTS de Zona Norte. En él nos proponemos discutir desde el marxismo la situación de opresión que sufrimos las mujeres, la cual se expresa de distintas formas: desde la violencia que a muchas les termina costando la vida, la ilegalidad del aborto, la doble opresión que sufrimos ya que no sólo salimos a trabajar todos los días a la par de nuestros compañeros sino que cuando llegamos a nuestros hogares tenemos que seguir con las tareas domésticas y la crianza de nuestros hijos. A su vez, nuestra incorporación al mercado de trabajo se da en forma mayoritariamente precarizada, la “feminización de la pobreza” aumenta y los flagelos de la prostitución, la trata y otras formas de explotación sexual y violencia contra las mujeres se convirtieron en millonarios negocios ilegales transnacionales, que implican a empresarios, funcionarios estatales y fuerzas represivas. Esta situación muestra que el “anudamiento” entre el sistema capitalista y el patriarcado, obliga a pensar la cuestión de la emancipación desde una perspectiva anticapitalista, de clase, retomando las reflexiones, programa, política y experiencias concretas del marxismo revolucionario. Por ello nos proponemos comenzar estudiando los orígenes históricos de la opresión, ligada al surgimiento de la familia, la propiedad privada y el Estado. Entender cómo se produjo en esas antiguas sociedades, por primera vez, la división sexual del trabajo y el dominio masculino de la sexualidad femenina a través de la imposición de la monogamia y la heterosexualidad, la exclusión del placer, la obligación de la reproducción para las mujeres. Analizar por qué surgió la institución del matrimonio y la monogamia de la mujer para garantizar la legitimidad de la descendencia en el derecho familiar. A su vez, nos proponemos comprender el horizonte que dejó entrever la Revolución Rusa en cuanto a la emancipación de la mujer, socializando el trabajo doméstico, legalizando el aborto y el divorcio y planteando la unión libre, etc.
Otro de los objetivos es el de llevar adelante una militancia común entre trabajadoras y estudiantes organizando a cientos de mujeres para luchar contra la opresión y la explotación. El seminario lo realizaremos todos los viernes de septiembre en la UNLu de San Miguel y los sábados en las UNSaM. Vamos a contar con la presentación de Andrea D’Atri especialista en los estudios de la mujer, que ha escrito libros, artículos y dictado seminarios en distintos lugares del país y también en otros países, es dirigente del PTS e impulsora la de agrupación Pan y Rosas. También van a estar como panelistas Lorena Gentile delegada de Kraft y Catalina Balaguer delegada de PepsiCo y compañeras docentes y estudiantes. Esto es realmente novedoso ya que generalmente las obreras no entran a las universidades para ser parte de los debates y discusiones sobre la problemática de la mujer.
¿Quiénes impulsan el seminario?
Lorena: Lo impulsamos trabajadoras de la alimentación junto con las compañeras de la comisión de mujeres de Donnelley, obreras metalmecánicas, trabajadoras precarizadas, docentes y estudiantes de escuelas secundarias, terciarios y universidades de Zona Norte, muchas pertenecemos a la agrupación Pan y Rosas y otras son independientes.
Como trabajadoras de la alimentación y militantes del PTS nos parece muy importante un seminario así en la zona, ya que estamos en una concentración estratégica de miles de trabajadores/as. Una zona que en los años 70 fue parte del ascenso de la clase obrera. La lucha por organizar trabajadoras es una tarea de primer orden para todo partido que se diga revolucionario, es una pelea por unir lo que han dividido las patronales con ayuda de la burocracia sindical, entre inmigrantes y nativos, efectivos y contratados y también entre varones y mujeres. Son miles las mujeres las que trabajan en las fábricas, escuelas, countries y muchas más las que lo hacen en sus casas sosteniendo sus hogares. Opinamos que cada vez que una mujer es humillada y maltratada se refuerzan las cadenas de la explotación para el conjunto de la clase.
Organizar a las mujeres levantado sus derechos y uniéndola a la causa de la clase obrera es una tarea que queremos llevar adelante junto a las y los estudiantes. Por ello con este seminario queremos organizar una gran campaña por los derechos de las mujeres trabajadoras. En este sentido nos parece importante el triunfo logrado por las trabajadoras de PepsiCo que lograron el reconocimiento de las categorías para las mujeres que hacía más de 15 años sufrían la discriminación de cobrar salarios menores que los varones.
¿Qué significa para la juventud la campaña de las y los trabajadores de la alimentación por la recategorización de las mujeres, con este primer triunfo de PepsiCo?
Erica: Nosotras hemos colaborado durante la campaña que hizo la lista bordó en las elecciones para el sindicato, denunciando los maltratos que sufrían las obreras, sus terribles condiciones de trabajo, sus enfermedades laborales. Apoyamos con todo la lucha por las categorías logradas en PepsiCo y hemos llevado una declaración escrita por las compañeras y la Comisión Interna contado su triunfo a distintas fábricas.
¿Cómo se preparan para el Encuentro Nacional de Mujeres?
Lorena: Estamos preparando un gran festival "por los derechos de las mujeres trabajadoras y la juventud" que nos permita juntar dinero para ir con una gran delegación a Posadas. Además, en este seminario queremos comenzar algunas de las discusiones que llevaremos al ENM. Como la necesidad de que las mujeres nos organicemos contra la violencia que todos los días, todo el tiempo y en cualquier lugar las patronales y su Estado ejercen sobre nosotras, para pelear no sólo contra esa violencia sino también contra el sistema social que la genera.
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