Jueves 28 de noviembre de 2013

XXVIII ENCUENTRO NACIONAL DE MUJERES EN SAN JUAN

Miles de mujeres contra la reforma del Código Civil y por la legalización del aborto

Una vez más, miles de mujeres nos congregamos en el XXVIII Encuentro Nacional de Mujeres realizado en San Juan. Incluso, lo hicimos a pesar de los cuestionamientos que recibió la comisión organizadora durante los meses previos cuando, de manera arbitraria –sin consultar siquiera a las agrupaciones y redes de mujeres, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, los grupos feministas y estudiantiles, las organizaciones sindicales y partidos que participamos habitualmente- negoció con el gobernador Gioja el cambio de fecha, para evitar que las mujeres “molestáramos” en plena campaña electoral.

Una vez más, miles de mujeres nos congregamos en el XXVIII Encuentro Nacional de Mujeres realizado en San Juan. Incluso, lo hicimos a pesar de los cuestionamientos que recibió la comisión organizadora durante los meses previos cuando, de manera arbitraria –sin consultar siquiera a las agrupaciones y redes de mujeres, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, los grupos feministas y estudiantiles, las organizaciones sindicales y partidos que participamos habitualmente- negoció con el gobernador Gioja el cambio de fecha, para evitar que las mujeres “molestáramos” en plena campaña electoral.

En la provincia del Opus Dei
Ya hace algunos años, San Juan había dado la nota cuando el secretario de Salud –reconocido miembro del Opus Dei, como tantos otros políticos patronales, terratenientes y empresarios sanjuaninos- ordenaba que no se distribuyeran DIU en los hospitales provinciales. En ese momento, el senador César Gioja votó en contra del tratado internacional para la defensa de los derechos de las mujeres. Anteriormente, en el 2002, su hermano José Luis Gioja (por entonces senador y, actualmente, gobernador de la provincia) se había opuesto a la Ley Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, igual que su co-provinciana, Nancy Avelín (recientemente candidata de Cruzada Renovadora, la lista impulsada por De Gennaro de la CTA). El gobernador Gioja fue también quien dio asueto a los empleados municipales y a las escuelas públicas para que pudieran marchar en la convocatoria del obispo local contra la ley de matrimonio igualitario.
Sin embargo, el gobierno y la Iglesia no pudieron evitar que el debate más importante en la mayoría de los talleres fuera la legalización del aborto, el rechazo a la reforma del Código Civil y a la injerencia de la Iglesia, y el cuestionado nombramiento de Capitanich (otro reconocido simpatizante del Opus Dei) como jefe de gabinete.
Hubo talleres que se pronunciaron a viva voz contra la reforma reaccionaria, otros en los que mujeres de todo el país votaron a mano alzada apoyar la lucha por el aborto legal y conseguimos miles de firmas a favor del proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto: una expresión contundente de la voluntad de pelear por nuestros derechos.
La violencia contra las mujeres, el trabajo precario, la sexualidad, la salud y la educación, fueron otros de los tantos temas que se debatieron en San Juan. Una intensa discusión hubo, también, en los talleres de Mujer y Sindicatos.

“¿Qué pasó que te la das de progresista y transaste con la Iglesia oscurantista?”
La movilización tuvo una participación que duplicó la de los talleres. Cerca de 10 mil mujeres nos manifestamos por las calles sanjuaninas, donde el reclamo que se volvió a oir con más insistencia fue el de la legalización del aborto. La comisión organizadora preparó un recorrido de más de 40 cuadras que, increíblemente, no pasaba por la Catedral y otras iglesias de la ciudad. Sólo la comisión organizadora hegemonizada por el PCR y los pequeños grupos identificados con el kirchnerismo dieron por finalizada la movilización y no pasaron por las puertas de la Catedral a repudiar la injerencia de la Iglesia en la reforma del Código Civil, su prédica misógina y homofóbica, su complicidad con la dictadura militar, ni la impunidad con la que encubren a los curas pederastas entre sus filas.
En esta marcha, Pan y Rosas formó parte de un bloque común del Frente de Izquierda, encabezado por una bandera que decía “Derecho al aborto legal, seguro y gratuito”, en la que estaban Myriam Bregman del PTS, la senadora y la legisladora mendocinas Noelia Barbeito y Cecilia Soria, del PTS en el Frente de izquierda, la diputada que reemplaza en la banca neuquina a Raúl Godoy, Angélica Lagunas de IS y Soledad Sosa, del PO de Mendoza, entre otras. Además de Pan y Rosas, PTS, PO e IS, marcharon en esta misma columna otras agrupaciones que acompañan al Frente de Izquierda.
Entre las más de mil compañeras que marcharon con Pan y Rosas y el PTS se destacaron las delegaciones de obreras de Kraft, Kromberg, la comisión de mujeres de Donelley, trabajadoras inmigrantes, docentes, estatales de la agrupación Marrón Clasista, trabajadoras y familiares del gremio metalmecánico, trabajadoras de Pepsico, Cadbury y Felfort, integrantes de la comisión de mujeres de VW Córdoba, trabajadoras del subte, entre otras. También hubo centenares de jóvenes de las universidades de Buenos Aires, La Plata, Tucumán, Cuyo, Comahue, Rosario, Córdoba, Mar del Plata, Jujuy, Quilmes, Lanús, Luján, General Sarmiento y estudiantes secundarias y terciarias. Más de un centenar de compañeras de Mendoza, que vienen de hacer una enorme experiencia durante la campaña electoral del Frente de Izquierda en esa provincia, en la que el diputado electo Nicolás del Caño fue atacado por la derecha clerical por nuestra posición favorable a la legalización del aborto, se hicieron presentes.
Durante la marcha, además, se sumó un grupo de trabajadoras del Hospital Garrahan que decidió marchar con nuestra delegación.
En la Catedral, como todos los últimos años, un grupo de fundamentalistas católicos montaron una provocación, con una fila de hombres que rezaban a viva voz, custodiados por la policía. A las ya tradicionales consignas que resaltan la complicidad de la Iglesia con la dictadura militar o que aluden a los abusos contra menores perpetrados por miembros de la Iglesia, también se sumó la exigencia de la separación de la Iglesia del Estado.

Por un Encuentro verdaderamente masivo que enfrente a la Iglesia, el gobierno y la oposición derechista
Sin la presencia de muchas mujeres que participaron en los talleres y en la movilización, porque ya habían emprendido el regreso a sus provincias, la comisión organizadora, junto con el PCR, sectores enviados por la Iglesia y algunas delegaciones afines al kirchnerismo, decidió que la próxima sede del Encuentro sea Salta. Una vez más, la maniobra de las maoístas del PCR que, con falsos argumentos sobre representatividad federal (como si Buenos Aires no pudiera entrar jamás en la lista de provincias donde realizar el Encuentro), intentan impedir que se haga en la provincia que concentra un tercio de la población nacional y todos los poderes del Estado. De esa manera, evitan que el Encuentro “se les vaya de las manos” e impere la voluntad de muchas decenas de miles de mujeres trabajadoras, del pueblo pobre, estudiantes y activistas feministas. El invocado “espíritu” del Encuentro –que incluye que nada puede votarse democráticamente- es el consenso con la Iglesia y el favor que le hacen al gobierno de Cristina Kirchner y al del derechista Mauricio Macri, que las mujeres no podamos manifestarnos por nuestros derechos en el corazón mismo del poder político y económico del país.
Sin embargo, por primera vez, se pudo expresar una importante columna que enfrentó esta decisión inconsulta, de la que no son parte la mayoría de las mujeres que participan en los talleres. Con referentes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Pan y Rosas y el PTS en el Frente de Izquierda, un sector de la CTA encabezado por la Secretaria de Género de esa central, el MST, una delegación de IS de San Juan, la agrupación Insurrectas y otras mujeres independientes, llevamos la voz de miles de trabajadoras y jóvenes de todo el país que reclaman que el próximo Encuentro sea en Buenos Aires. Lamentablemente, las compañeras del PO que habían acordado en común la propuesta de la sede de Buenos Aires, no vinieron al acto de cierre, para dar esta pelea política, lo que termina favoreciendo la imposición del acuerdo que el PCR tiene con el gobierno nacional de que las mujeres no estemos “molestando” en sus propias narices con nuestros justificados reclamos. Lo mismo hicieron Marea Popular y el Frente Popular Darío Santillán, aun cuando habían acordado que daríamos juntas esta pelea.
Las que estuvimos presentes en el estadio, tuvimos que sortear los obstáculos de una comisión organizadora que regimenta los Encuentros a su albedrío y en esta oportunidad hizo todo lo que estuvo a su alcance para impedir que nuestra voz fuera escuchada. Pero a pesar de los cordones de seguridad, los empujones y la negativa sin explicaciones a que pudiéramos subir también al escenario para presentar nuestra propuesta, algunas logramos hacerlo. No todas, ya que impusieron que sólo tres compañeras que proponíamos la sede de Buenos Aires pudiéramos subir al escenario y no la dejaron pasar a Olga Cristiano, de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto ¿quién decide tal criterio? Habrá sido el “espíritu” del Encuentro…
Desde el micrófono, Vilma Ripoll del MST, Andrea D’Atri de Pan y Rosas – PTS en el Frente de Izquierda y Alejandra Angriman de la CTA fundamentamos la importancia de llevar al Encuentro a Buenos Aires, donde se concentra más de un tercio de la población del país, para que sea verdaderamente multitudinario; pero además, porque es el centro del poder político y la Iglesia, donde tenemos que manifestar la voluntad de decenas de miles de mujeres para arrancarle al Congreso la aprobación de la ley por el derecho al aborto, seguro, libre y gratuito y donde tenemos planteado, desde ahora, repudiar la reaccionaria reforma al Código Civil que el kirchnerismo pactó con la Iglesia y que atenta contra nuestros derechos.
Si se puede considerar “democrática” una aclamación teñida de burocratismo, patoteadas e imposiciones, que no toma en cuenta la opinión recogida en los talleres de centenares de mujeres que no pudieron participar de este acto, entonces se puede decir que “ganó” la propuesta del PCR de que el próximo Encuentro sea en Salta.
Nada de esto impedirá que sigamos peleando por un Encuentro Nacional de Mujeres verdaderamente democrático, independiente de la Iglesia, el Estado y las patronales, de lucha y que sea un punto de apoyo para la organización de un movimiento de mujeres que salga a pelear por nuestros derechos.