Lunes 25 de mayo de 2009

CAMPAÑA LATINOAMERICANA POR EL DERECHO AL ABORTO

Entrevista a Alicia Stolkiner, profesora de "Salud Pública y Mental" de la Fac. de Psicología (UBA)

Como parte de la Campaña Latinoamericana por el derecho al aborto entrevistamos a Alicia Stolkiner, titular de la Cátedra de Salud Pública y Mental de la Facultad de Psicología.
La entrevista se convirtió en un interesante encuentro: entre libros y café, Alicia nos recibió en su casa para contarnos sobre su experiencia, sus impresiones y reflexiones acerca de la salud de las mujeres y, en particular, acerca de los derechos sexuales y reproductivos. Reproducimos la entrevista completa.
Encontrá más información en http//:derechoalabortoenamericalatina.blogspot.com

-¿Qué significa para vos hablar de la salud y, particularmente, de "salud de las mujeres"?

Creo que el componente género es un componente central en la lectura epidemiológica; siempre hay una combinatoria entre género y clase social obviamente, pero yo creo que pensar en la solución a los servicios de salud, al sistema de salud es necesariamente es pensar en la universalidad, en que cada persona reciba la atención que necesita. En ese marco, hay problemas que son específicos de las mujeres; problemas de salud, por cuestión de género y por cuestión de sexo. Por ejemplo, no hay ningún varón que pueda tener un cáncer de cuello de útero, así como hay problemas que son únicos de los varones por su condición de género, como determinado tipo de accidentabilidades laborales y, por su condición de sexo, como algunos canceres específicamente masculinos, por ejemplo el cáncer de testículo es uno de los que más afecta a los jóvenes y sin embargo no hay ninguna campaña de detección temprana.

Esto es importante, porque una cosa es caracterizar la salud como un estado y otra cosa es caracterizar la salud como un proceso, donde más bien hay que hablar de "salud - atención - cuidado", o sea es un proceso de cuidado y atención de la salud que hace al proceso de salud y enfermedad misma. No es que por un lado está la salud y la enfermedad y, por otro, cómo la sociedad responde a ella. La forma en que la sociedad responde a ella hace al proceso mismo, y además esto dista de ser pensado de manera estrictamente biológica, entonces los componentes del proceso de salud - enfermedad - atención hay que pensarlos en términos de la complejidad social. Es lo que muestran algunos hechos, como la variación de la edad de la menarca en las mujeres, que es cada vez más temprana entre la población urbana. Son componentes que muestran que no es posible pensar primero lo biológico y después lo social; y además hay que pensar en la subjetividad ligada a todo eso, es decir, pensar en el proceso de salud enfermedad en términos absolutamente complejos. Dentro de ello, la cuestión de género y, particularmente, de la mujer, tiene especificidades y se expresa en la forma en que se genera la conciencia con respecto a determinadas problemáticas sanitarias, como se ve en la salud pública y tradicional, donde la mujer solamente está contemplada en los programas materno-infantiles.

Claro, y esto tiene expresiones muy concretas, -¿no? Por ejemplo, en nuestro país, a pesar que en 2002 fue creado el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, un altísimo porcentaje de mujeres desconoce sus derechos, no tiene acceso a la anticoncepción gratuita o a los servicios de salud reproductiva y jamás recibió educación sexual, -¿qué opinas de esto?

No creo que haya que reducir todo a la salud reproductiva, es decir, no todos los problemas de salud de las mujeres tienen que ver con la reproducción y esto es clave, porque en general los programas se limitan a pensar la salud de la mujer como madre, pero no tienen en cuenta, por ejemplo, la salud de la mujer trabajadora y esto también tiene que ver con cómo la sociedad entiende a las mujeres. Al margen de eso, el aspecto reproductivo tiene un impacto importante en la problemática de la salud de las mujeres, básicamente tenemos una alta mortalidad materna que lamentablemente esta debida al aborto ilegal. Y el otro elemento, que está mal discriminado como problemática de salud y que ustedes señalan en su suplemento, es el problema de la violencia específica de género, la violencia contra la mujer; entonces aparece después en las características sanitarias como elemento de violencia en general y no toma la dimensión que tiene. Mientras todo el mundo habla de la seguridad, en realidad una mujer tiene más probabilidades de ser violentada y asesinada inclusive por un varón con el cual tiene un vínculo directo que por un desconocido.

Pero, volviendo, la baja de la natalidad sucede en los países en los cuales la mujer y la sociedad en su conjunto tienen una mejor condición de vida, o sea no se trata tanto de un programa focalizado que provea anticonceptivos. Les voy a dar un ejemplo que se encuentra en el libro de Susana Torrado, que se llama "La historia de la familia en la Argentina moderna"; ella dice que la Argentina es un país que pasa de una tasa de crecimiento demográfico natural a una tasa de crecimiento demográfico controlado entre el siglo XIX y el siglo XX, y que según la opinión de algunos autores uno de los elementos centrales que tuvo que ver con esto fue que la educación universal, que no había en otros países de América Latina. Es decir, se pasa a un crecimiento controlado a través de una población que masivamente realiza controles de natalidad teniendo en contra la iglesia, el gobierno y los médicos. O sea que es una medida que la toma la población y contradice prácticamente la posición de las principales instituciones. Ahora, lo curioso de ese período es que en ese momento el control de la natalidad en principio estuvo dado por el uso de preservativos, o sea en parte estaba en manos de los varones, y en parte por la institucionalización del aborto como forma de control de la natalidad.

Ahora los sectores medios controlan la natalidad muy rápidamente, pero creo que lo que se necesita es que todas las mujeres tengan acceso servicios de salud y a un estándar de vida adecuado. Y acá entra en juego otra cosa, porque la natalidad alta acompaña a la pobreza y no sólo por falta de anticonceptivos, sino también por falta de acceso a servicios médicos y quizás porque las condiciones adversas posicionan de otra manera subjetivamente con respecto a la maternidad. A mí no me parece un método adecuado de salud reproductiva el proveer anticonceptivos sin la consecuente cobertura médica y promoción de prácticas preventivas, Especialmente el uso de anticonceptivos garantiza la prevención del embarazo pero no evita el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual como el HIV o la Hepatitis B. Entonces hay un trabajo mucho más complejo para hacer con el conjunto de la sociedad respecto del cuidado de la salud reproductiva de las mujeres, tiene un sentido mucho más amplio que simplemente evitar el embarazo. Además, un sistema de control de la natalidad puede ser tan compulsivo y tan biopolítico como un sistema de no control. Porque si implementas los centros de control de natalidad clásicos en los que se incentivaba a las mujeres a hacerse la ligadura de trompas o colocarse DIUS, sin demasiada información ( y a veces sin demasiado cuidado) no estás fomentando que se apropien de su cuerpo, estas invirtiendo la ecuación. En Bolivia, durante los planes de control de natalidad de los 60, por ejemplo llegaron a ligarle las trompas a mujeres que no tenían una información acerca de los alcances de lo que hacían, y en ese sentido, el anticenceptivo distaba de hacerlas dueñas de sus cuerpos. Otra cosa es que vos tengas un médico en los centros de salud, al cual vas a ver, con el que tenés un vinculo personal, y puedas hablar de esto, que te aconseje cual es el mejor método para vos, qué podes hacer. Pero ese es otro modelo de servicio de salud. Esa es una estrategia real de atención primaria de la salud, de la salud como generadora de conciencia de derecho. Esa es otra cosa, no pasa por si te dan el anticonceptivo o no.

Por eso yo creo que la forma de llegar a una maternidad o paternidad responsable (y que la palabra responsable está bien que se ponga, pero me parece que la responsabilidad es social), debe ser garantizando el acceso universal a servicios médicos y la educación para todas las mujeres y un estándar de vida adecuado para todo el mundo. Y ahí es donde hay mucho para hacer. Porque esta es una sociedad muy rara , hay un aborto cada dos o tres embarazos y el uso de anticonceptivos está absolutamente institucionalizado socialmente, pero cuando se trata de implementarlo como una política pública, a la cual tengan acceso los sectores populares, ahí estallan las objeciones y las cuestiones ideológicas. Yo nunca he visto a un representante de la iglesia protestar contra los laboratorios que fabrican y venden pastillas anticonceptivas, o movilizarse en las farmacias. Entonces parece que el problema es la distribución gratuita, no la venta de los anticonceptivos. El problema es cuando el estado quiere dárselo a los pobres. Creo que esto explica un poco el porqué de esta situación?

Claro, y hay datos cada vez más alarmantes en este sentido, como la imposición de la educación religiosa en colegios públicos de Salta o la judicialización de los casos de aborto no punible, como pasó con las niñas violadas y embarazadas a quienes se negó este año su derecho a interrumpir el embarazo? además de que aún no contamos con el derecho al aborto, -¿porqué sufrimos todavía esta situación?

Hay que tener en cuenta que vivimos en una sociedad que penaliza simultáneamente la maternidad y el aborto y donde el nacimiento de una persona es una responsabilidad individual, particularmente de la mujer, y no una responsabilidad social, que tiene que vehiculizar el Estado. Y si el nacimiento es un problema y una responsabilidad individual, de alguna manera puede ser un drama individual; y el aborto también está penalizado. Se endiosa a la madre pero ni una mano a la maternidad. Para criar un niño se necesita una aldea y acá no hay aldea, es la madre ( junto a la pareja y la familia si las tiene) la responsable del hijo, y por otro lado la penalización del aborto y el riesgo de vida. En México una vez hicieron una estadística que informaba que la mayor parte de las mujeres que morían por aborto ya tenían por lo menos 3 hijos, o sea que hay que sumar a ese hecho el dejar niños huérfanos... Acá entra en juego el peso de la Iglesia y otros sectores conservadores, porque el Banco Mundial, por ejemplo, está a favor del aborto y de los métodos anticonceptivos, tal como lo uestra el texto Invertir en Salud. Se pronuncian por cuidados básicos para las mujeres, porque ellas son "en su esquema—el soporte central de una sociedad en donde cada individuo y cada grupo familiar se autoprovee las cosas en el mercado. Entonces promueven los cuidados reproductivos e inclusive no se oponen al aborto, porque tratan de evitar muertes y los costos que esto trae, por esa misma razón se pronuncian a favor de la lucha contra la violencia hacia la mujer, y la provisión de anticonceptivos. Por el otro lado, le asignan a las mujeres un lugar central tanto en la garantía de sobrevivencia de los hijos, uso racional de los recursos del hogar etc. cuanto en el trabajo voluntario para apoyo comunitario. La ven como un recurso inagotable y barato. Miren lo que dice el Banco Mundial, en el Invertir en Salud: "Además de la educación hay otras políticas que pueden desarrollar la capacidad de la mujer para mejorar su salud y la de su familia, si se disminuye la discriminación en el mercado laboral, en el acceso al crédito, en el derecho a la propiedad podrán aumentar la remuneración y la seguridad financiera de la mujer la cual puede promover la salud de la familia. Además para sostener sus funciones como madre y administradora del hogar es indispensable que las propias mujeres gocen de buena salud. Tiene necesidades especificas en esta materia, entre otras la protección frente a la violencia. Más de un tercio de la carga global de morbilidad de las mujeres y más de la quinta parte de la correspondiente natalidad tienen por causa afecciones exclusivas de las mujeres, que inciden predominantemente en ellas, la mayoría de estos problemas se pueden tratar de forma eficaz en función de los costos pero en gran parte de los países en vías de desarrollo los servicios de salud se limitan a ocuparse de las mujeres únicamente como madres."

-¿Y por qué pensás que aun se sostiene ésta situación? Es decir, porqué a pesar de esto ningún gobierno avanzó, por ejemplo, en despenalizar y legalizar el aborto, incluso a pesar que gran parte de la población está a favor?

Además de lo que les planteaba recién, creo que hay algo que es muy claro: la mayoría de los sectores conservadores que se oponen al derecho al aborto son, por ejemplo, los que están a favor de la pena de muerte; es el mismo sector social, por eso no es un problema con el valor de la vida, sino con la propiedad de las mujeres sobre su propio cuerpo. Yo creo que hay algún valor conservador sobre el tema del aborto que tiene que ver con la propiedad de los sectores populares sobre su propio cuerpo, de las mujeres sobre su propio cuerpo que debe tener un sentido muy importante con respecto al hecho de mantener algo del orden de la tradición social desde la lógica conservadora, que no es homogéneo dentro del capitalismo, es decir, lo que yo no creo es que sea una característica del capitalismo específicamente estar en contra del aborto, porque por ejemplo el discurso bancomundialista está claramente a favor.

El peso de la iglesia en esto es fundamental? Yo soñaría con una sociedad en la que el aborto no fuera necesario, porque me parece que siempre es una experiencia de transito complicado, pero obviamente que no encuentro que sea punible legalmente, más aun creo que tendría que tener los resguardos de cobertura universal y gratuita, sobre todo para los sectores populares, que son los que más riesgo corren. Aunque también es cierto que en este país hay mujeres que si deciden abortar no corren ni siquiera riesgo legal, se toman un avión a Londres y ya está. Hay mucha hipocresía social.

Entonces, yo creo que el problema está en cuando es política para los pobres, porque si vos tenés el 80% de las mujeres con acceso a servicios ginecológicos preventivos y con condiciones de vida básicas, la natalidad baja sola y la salud reproductiva es realmente salud reproductiva. Por eso yo creo que es más complejo que pensar porque el gobierno no quiere. Porque cuando Cristina Kirchner asume el poder y se pronuncia en contra del aborto, después de que con Ginés García se había instalado el tema, lo hace en un marco de renegociación política con sectores de poder.

Pero yo pienso que respecto a años anteriores hemos mejorado en algunos derechos, lo que falta es una construcción que no va a ser dada desde arriba, va a tener que ser hecha por los actores correspondientes: movimientos sociales, las mujeres mismas, la sociedad en su conjunto.




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