Jueves 22 de julio de 2010

MATRIMONIO IGUALITARIO

Carta de un compañero telefónico

Desde el jueves 15 de Julio podemos decir que seguramente, dentro de algunos años, en los textos escolares de historia se recuerde el 2010 como uno de los años más significativos de nuestra historia.

Desde el jueves 15 de Julio podemos decir que seguramente, dentro de algunos años, en los textos escolares de historia se recuerde el 2010 como uno de los años más significativos de nuestra historia. No solamente por ser el año del bicentenario sino también como el año en el que se consiguió una ampliación importantísima de los derechos civiles de los ciudadanos, el año en el cual, como dijo la Presidenta de la Federación Argentina LGBT, María Rachid, la Argentina se volvió una sociedad (al menos jurídicamente) un poquito más justa. Porque fue aprobada la ley de matrimonio igualitario, la ley que permite a la comunidad homosexual argentina casarse reconociéndole los mismos derechos que a los heterosexuales, inclusive los de la adopción. Este es un hecho histórico porque una minoría que por muchísimos años permaneció oculta, negada, discriminada y hasta olvidada consiguió, luego de una ardua lucha, que se les reconocieran derechos que están garantizados constitucionalmente (la igualdad ante la ley) a todos los ciudadanos. Este, que es un hecho comparable a la legalización del voto femenino, trajo aparejado un debate con respecto a la homosexualidad, sus derechos y su capacidad de paternidad/maternidad a nivel sociológico, psicológico, antropológico, legal, político y cultural en toda la sociedad. Esto pocas veces ha ocurrido a lo largo de nuestra historia y fue posible gracias a una larga y denodada lucha de las agrupaciones que defienden los derechos de los homosexuales, como la CHA (Comunidad Homosexual Argentina) o la Federación Argentina LGBT, pero también gracias al apoyo de las agrupaciones y partidos de izquierda que siempre han defendido los derechos de todos los sectores oprimidos de la sociedad, de las minorías sexuales, de las mujeres y de los trabajadores. Es por eso que quiero agradecer en nombre de toda la comunidad homosexual a dichos partidos y en particular al PTS y su agrupación Pan y Rosas que fueron los primeros en llegar al Congreso de la Nación el histórico día de la votación en el senado.

Agradezco no solamente por haber estado allí ese día, sino también porque, como mencionara anteriormente, siempre acompañaron este justo reclamo, como tantos otros, sin intentar obtener un rédito político electoralista como sí lo han hecho otras divisiones de los partidos tradicionales burgueses, como la agrupación “Putos peronistas”, la JP o el movimiento Eva Perón, que si bien han otorgado una mayor fuerza y visibilidad al reclamo de dicha jornada, no siempre han estado y es claro su objetivo final.

Por todo esto, es un momento para festejar pero no por ello hay que bajar los brazos porque hay que estar concientes de que la lucha no termina aquí y debemos continuar peleando por la igualdad no solamente de derechos sino también social y económica de todos y todas.